miércoles, mayo 31, 2006

Ciudad de Todos ("...abajo va la luna rodando por Callao...")

  • Ciudad grande, ciudad loca, querés comida china, tai? Querés cocina peruana? Qué te gustaría aprender?: Capoeira, Ai Kido, Magia, Ceremonial? Qué querés practicar? escalada, yatching, bochas, midget, pelota vasca? Qué club es de tu palo? el Club del Vino, El Club del TEG, el club de Swingers? Qué fiestas te gustan? Celtas, Reggae, Pijama Parties o Partuzas?...
    Hay de todo y para todos en la ciudad de la furia: a partir de esta nueva sección te mostramos y si hay data, te conectamos.
    Bienvenida toda la data de fanáticos o invitaciones a los lectores: sobre los mismos Empedrados, cada uno baila su milonga!







  • Cerca de Angel Gallardo y Corrientes, una banda de gente fanática del TEG, se juntan en veladas gastro-lúdicas (morfan y arman tremendos campeonatos tipo club Yetem); para informarte pedí datos a Eduardo Kamchatka. O entrá en El Club del TEG (Corrientes 4585)
  • Si sos fanático de Arsenal y querés sintonizar la onda de los tipos que le hacen el programa de radio y están con la última del viaducto, conectate con el Cura Javier
  • Si sos de Barrio Norte y querés una publicación de tu zona, reclamá El Fantasma de la Recoleta, creo que es de distribución gratuita.
  • Si lo que querés es aprender batería, llamalo a Titanio, que tiene la posta.
  • Para enterarte de Tours Históricos y no tradicionales por nuestra urbe, llamalo a Chinasky.
  • Y si querés que te hagamos un vínculo para conectarte con gente que le guste las mismas boludeces que a vos, avisale al Comandante.

domingo, mayo 28, 2006

Por los Barrios I (Barrio de Tango, Luna y Misterio)



Pompeya
(O el Misterio de amor que siembra el Tren...)


Hoy caminamos por Nueva Pompeya, de cuya historia ya nos dará cuenta el bueno de FJTU. Elejimos esta vieja imagen del viejo Puente Alsina (compañero y confidente según el tango), para empezar el recorrido por este tradicional barrio porteño, que si sufrió cuando la avenida Saenz llegó hasta el puente (cuyo verdadero y triste nombre es Tte. Gral. José Félix Uriburu); ni me quiero imaginar cuando en algunos meses el nuevo Subte H lllegue a las entrañas de Nuestra Señora de Pompeya, bajo la placita de Traful y Saenz, tremendo nudo de conexión de transportes con el Sur del GBA.

Este barrio caro a los afectos y tan pleno de todo tipo de historias (más o menos heroicas -basta pensar en el trágico y reciente asesinato de Ezequiel Demonti-), fue de los llamados "orilleros", o del bajo; barrio de maulas y taitas, de duelos a facón y rica tradición en la primera mitad del siglo XX, antes que el paisaje fabril y el centro de gravedad del transporte de cargas, fuese empujando y arrinconando a los vecinos, achicando la parte "residencial" en términos de calles de barriada obrera.



El barrio se nucleo en torno a la iglesia del Rosario de Pompeya, cuya piedra fundamental se puso un 14 de mayo de 1896, por eso acaba de cumplir 110 años este barrio que sabe de sangre, sudor y lágrimas. Desde entonces fue asentamiento de industrias ligeras y algunos de los talleres más importantes, como los Vasena; escenario de algunas de las peores represiones de la semana trágica del '19. Los hechos luctuosos que vio el barrio ocurrieron por Alcorta y Pepirí; casi en el linde con Parque de los Patricios.
Pareciese que este destino de asentamiento de importantes industrias es un baluarte al que el barrio no se resigna: mientras vimos morir fábricas de la importancia de la de las Pinturerías Alba, han aparecido nuevas plantas modelo como las del laboratorio Pfizer.




El barrio quedó apretado entre el Riachuelo, por un lado; los descampados de más allá del viaducto de la avenida Cruz; la Av. Perito Moreno y el confín de Alcorta e Iriarte, donde se agiganta día a día la Villa 21; no correspondiéndose estas líneas generales con los límites formales del barrio.
Con epicentro en la misma iglesia de Nuestra señora de Pompeya, su nucleo histórico se desarrolla en un triángulo irregular imaginario, con un vértice en el Puente Alsina, otro cerca de el Pequeño Cotolengo Don Orione, a unas cuadras del Hospital Aeronáutico (bastante caído)y el último en Centenera y Perito Moreno. Dentro de esos vectores encontramos las pinceladas que hacen de Pompeya un lugar distintivo en historia e identidad: pulperías; el entorno del santuario -donde hasta no hace mucho estaba el sempiterno organillero con el lorito de la suerte-, su interior con sus maravillosos patios; boliches de cuando recién salía de la pluma el tango "Sur"; murales que testimonian la vida del barrio; sociedades de fomento que parecen detenidas en el tiempo... todo esto conviviendo con un centro comercial cosmopolita y cambalachero, donde pululan ofertas, negocios tipo Once y locales de importantes cadenas de todos los rubros (electrodomésticos, supermercados, ropa deportiva, etc., etc.,); entre los que destaca el comercio de ropa deportiva del ex campeón mundial Horacio Accavalo.


La avenida Perito Moreno es como la "espalda del barrio", aunque lo lógico sería que lo fuese el Riachuelo, éste último le dió su personalidad: ingresando desde Boedo, la hoy Av. Saenz era conocida como "el camino de los huesos" (porque por ahí se traían desde el sur los animales para faenar en los mataderos que había en Parque Patricios a comienzos del siglo XX y solían quedar las reses muertas a la veras de tierra de la arteria de entonces; por ella se franqueaba el "Paso de Burgos", nombre que por breve se le dió al puente inaugurado en 1938; en tanto, Centenera, Roca (hoy Intendente Rabanal) eran epicentros de actividad, bien cerca del infecto curso de agua, donde tuvo su calvario el chico Demonti. Quedó entonces ese estigma para Perito Moreno, ocurre que esta arteria, abierta en la época justicialista de los '40/'50, "cortó a cuchillo" un acceso para el transporte pesado, un corredor desde el Oeste al Sur de la Ciudad y, curiosamente, hoy todavía se aprecia cómo en la mayor parte de su traza no solo no tiene aceras (o tiene una falsa vereda hacia una calle del barrio), sino que, salvo las parrillas que la jalonaron (fruto de la época próspera para los camioneros), la mayoría de las casas y edificaciones no le presentan la fachada, sino sus fondos: paredes mal revocadas, ventanas abiertas fuera de concierto con las edificaciones, sin puertas de acceso... Pasando el viaducto de Cruz, donde el barrio corre a encontrarse con el Bajo Flores, se alza el inmensa Villa donde se erigía la capilla del Padre Carlos Mujica. Esta nació y se desarrolló desde Cobo y Curapaligüe en el alto (infame intersección donde hoy se va a buscar la mano de obra esclava de bolivianos y peruanos indocumentados, a la vista de todo el mundo; y que supo ser la terminal de la desaparecida línea 81) y enmarcada por Varela y Cruz, se desploma hacia Perito Moreno. En esta última intersección se alzaron los infames "medios caños" de Frondizi, solución de vivienda para humildes del desarrollismo, que era como vivir en un techo parabólico de aluminio apoyado en el piso con dos ventanas y una puerta al frente (aunque Ud. no lo crea, si es joven y no lo vio); la dictadura del '76, cortó por lo sano: topadora para todos y deportación en masa, a los inmigrantes a sus países de origen; a los "cabecita telúricos" a sus provincias o a villas fuera de la capital... Hubo muchos que aplaudieron el proceder (en aquel momento, la villa albergaba fundamentalmente a gente muy pobre que vivía de changas; no existía un mercado de estupefacientes ni niveles delictivos como los de hoy; pero obviamente ra un caldo de fermento para la reivindicación de la justicia social); hoy lo volverían a hacer en número mayor, supongo sin alegría... La mejor forma de ocultar la tierra es barrerla bajo de la alfombra, piensan muchos; yo creo que lo mejor sería no llevar la tierra dentro de nuestro hogar (o nuestra sociedad), evitando la miseria que la genera. Luego de mediados de los '80 los parajes continuaban siendo pajonales y la villa hoy se desarrolla con una superficie y una cantidad de construcciones de material como no hay memoria. René "el loco" Houseman fue uno de sus habitantes ilustres.


Orillando Perito Moreno, desde el otro lado, desde Barracas, llega el trocha angosta Belgrano sur, que fue concesionado a Metropolitano y que en sus orígenes fue parte del mismo ferrocarril Midland que corre bajo el puente del lado de Valentín Alsina. Las heroicas formaciones que van por el sur (Soldati, Lugano)rumbo a La Matanza, se detienen en la Estación saenz en el cruce con la Avenida homónima y, hacia el lado de la Perito Moreno, franquándola, se extiende la Feria de Pájaros, más grande de Buenos Aires. Fueron muchos domingos por la mañana que mi abuelo me llevaba a enriquecer nuestra colonia de emplumados. Fuertemente cuestionada -en los días que hoy corren- por fundaciones de protección de la vida silvestre; en ella se encuentran no solo las especies más diversas de nuestro país, en particular del litoral, sino también pájaros de todo el mundo y, en algunas casonas perdidas (como una que había en Zavaleta y Alcorta)hay verdaderas exposiciones de los pajarracos más extraños que uno pueda concebir...



Barrio extraño el de Pompeya. Sórdido y apasionado, enigmático y peligroso, de corazón bullicioso y alrededores pueblerinos... Allá donde el boulevard de Amancio Alcorta se junta con Perito Moreno, el barrio comienza a perder el nombre; justo donde Iriarte se abrió paso por los otrora descampados para ir a enlazar con Vélez Sarsfield y terminar ese corredor de transporte de cargas; ahí justo donde se engordó hasta alcanzar las sucias riberas del Riachuelo muerto, la promiscua villa 21, refugio de tantos olvidados, no pocos matginales y alguna que otra celebridad, como el "Chipi" Barhijo. Como una mancha de aceite, el barrio de emergencia tapó las playas de maniobras del ferrocarril, terrenos del CEAMSE, donde los pibes corretean aventuras que les pueden costar la vida, donde señorean la mugre y las ratas... apretadito quedó el barrio Espora, prolijo, casi coqueto para la zona, donde vivían muchos operarios de las embotelladoras de gaseosas vecinas. Justo por ahí, lo homenajearon al Ringo, sí, al histriónico Ringo Bonavena, que le da nombre a tres cuadras de Pompeya, hoy cumplidos hace días los 30 años de que se le troncó esa la vida a full, asesinado por un matón de poca monta y su irresponsablemente feliz falta de límites (ah, querido Ringo).
Barrio raro que cobijó a San Lorenzo, que ya no es de Almagro ni de Boedo; porque el Nuevo Gasómetro se yergue en su ciudad deportiva, un hermoso complejo en un entorno de pobreza y villas. El nuevo estadio que se inauguró en 1993 y se siguió finalizando en la última década, es un campo magnífico con capacidad hoy para más de 50.000 espectadores...
Suenan fuerte los nombres de tus calles: Mom, Traful, J.C.Paz, Almafuerte, Grito de Ascencio...
¿Cómo será el futuro de Pompeya?, ¿cómo será el barrio al que nos asomemos cuando la boca del subte nos deposite en su Santuario, luego que el "H" sortee el camino que desde la terminada estación Caseros le falta recorrer: Parque Patricios, Hospitales, Saenz y la terminal? Ya no será el barrio donde más de un guapo terminó en las oscuras aguas del Riachuelo o apuñalado bajo el candil de un farol a gas... ¿Será el barrio de los asesinos de muchachada por portación de caras, será el barrio que alzó su voz estos días, harto de la alevosa prostitución infantil que se pregona combatir, donde pibitas de doce o trece años se venden a cinco guitas para quemarse un poco más la cabeza con esa mierda de "paco"?
Yo espero que no, yo creo que el barrio tiene sus gladiadores que no son de ficción (¿no es cierto Cura? le preguntaría a mi buen amigo Javier, del riñón del barrio).

Quizás llegue de nuevo el día en que los ojos azorados de un pibe recuerden la frase de un espontaneo Diego Maradona : "... Para la gente como yo, de Fiorito, Pompeya ERA el centro..." y le brillan los ojos de recuerdos al pelusa...

Caras y Caretas (Caras de Piedra I)

El Flash los congeló; la historia ya los juzga: nosotros también





El simpático señor que habla en la inauguración de la exposición anual de la Sociedad Rural Argentina, no es otro que el padre del Dr. Alfredo Martínez de Hoz. El General y Eva tienen la misma cara con que mira el pueblo a esta dinastía funesta de sanguijuelas que no dudaron en apoyarse en el engaño, los golpes de estado, y las dictaduras homicidas o los apátridas cómplices, para privilegiar a perpetuidad los privilegios de su clase en detrimento del conjunto de la sociedad argentina y los intereses del país.


Este sorete se llamaba José Gómez Fuentes. Vocero de las "victorias" argentinas en Malvinas fue el "Enarbolado del Cucurucho del Comunicado Número..." y más terrible aún: fue el que tranquilizó a nuestros padres con las falacias y mentiras más descaradas, enarbolando un patriotismo que solo significaba cuidar su lugar de chupaculos de lujo y los privilegios que le significaron durante su breve estrella: Dios lo guarde y no lo suelte.


Este General tan simpático, que graciosamente le pide fuego al Tío Campora, no sabe donde esconderse para pasarle cuanto antes la banda y perderse en el olvido: al otro General le dio el cuero Lanusse; igual vos nos dejate tu legado: Trelew, represión a las masas populares, continuador de la doctrina de la seguridad nacional (que importaste con tu amigo-rival Onganía) y tantos otros presentes... claro, después de los genocidas que hasta mataron a tu nuera (que era del palo pero vio de más), quedaste como un bebe de pecho...


Esta es de la galería del Terror pero la rescatamos por las caras de piedra: como en el más feroz partido de pocker o truco estos dos asesinos (porque aunque entre pares seas un pusilánime, Videla, sos uno más) se juegan el destino de dos pueblos y sonrientes, posan en Puerto Montt.


Y este borracho inmundo le presenta sus nietos al Papa, mientras miles de nietos nunca lo serán o nunca tendrán abuelos por su culpa.

Caras de Piedra, que pesan como una lápida sobre nuestro pasado... y para aquellos que hablan de mirar para adelante ¡ojo!, que si no las tenemos presentes son el risco que siempre apareció en el horizonte, para poder despegar como pueblo de alguna vez... ya no serán estos, pero se reproducen; ya lo dijo el tango "... yo sé que vendrán caras extrañas..." No tan extrañas amigos, miremos para adelante pero la neurona atenta.

Joven Argentino (¿Qué querés ser cuando seas grande?)

Cuando yo era chico, los pibes siempre querían ser bomberos. Esto hablaba de una escala de valores de aquella época, que no tuvo el monopolio de estas fantasías, que fueron de varias generaciones. Después, cuando uno creció y fue haciendo oficio o estudiando; se imaginaba que podría laburar en un alto horno, capaz ahí en San Justo, en Aceros santa Rosa, o en la TAMET, o llegarse ahasta San Nicolás, cuando todavía era la "ciudad del acero" y no la "ciudad de María"...





Ya en esa época, se podía pensar en entrar en una fábrica de electrónica; o ser laboratorista, investigador, artista, operario...





Otro muchachos pensaban en trabajar en forjas o quizás en la industria automotriz, especializarse, estar orgullosos de su trabajo...





No faltaba el que soñara con laburar en los astilleros porteños: Tandanor, Príncipe Menghi, Domec García, AFNE, Astarsa... al fin y al cabo entre ELMA (Empresa Líneas Marírtimas del Estado); la flota de YPF, YCF; los buques de las líneas fluviales, etc.; bajo nuestro pabellón había naves por más de 2.000.000 de Tn de arqueo bruto. Todo eso, por supuesto, fue sistemáticamente depredado por el Turco, Meri July y algunos otros secuaces (como se puso en evidencia lo apátrida y reaccionario de las llamadas "facciones nacionalistas" de la armada que, el Alte. Isaac Rojas, antes de morirse de viejo choto y hacerse cremar para ir a ensuciar las aguas donde reposan los mártires del Belgrano; se abrazó con Menem, acto de "reconciliación histórica" y presenció como destruía todo lo que implicaba el poderío o a lo sumo la presencia soberana de nuestro país sobre los mares que reclamamos). Quizás como soldadores, maquinistas, ingenieros, carenadores...





Y ni que hablar del orgullo de los que estudiaban para ser técnicos aeronáuticos, pilotos, para laburar en nuestras aerolíneas ¡O quizás en alguna de las fábricas que abastecían a la fábrica de aviones de córdoba!, aunque sea como maleteros en aeroparque... había ese orgullo por el laburo, por humilde que fuera... era el granito de arena en ese país que amagaba querer despegar: Argentina Potencia (algunos soñaban)




Joven argentino, si hoy cuentas entre 6 y 65 años; puedes aspirar a algunas de las profesiones más concurridas de la Rekonstrucción del país: todas necesitan sus conocimientos habilidades, sacrificios y sufren de la misma necesidad, eso sí, no hace falta estudiar, ni tener vocación... es lo que hay:
  • Ciruja: con su master en cartón (cartoneros), plástico (PET) o aluminio (latitas); además de su formato tradicional (recuperador para el mercado de objetos descartados por los pudientes)
  • Canillitas de Segunda: mangueo en el subte, trenes, omnibus, de diarios de distribución gratuita que -obviamente- no alcanzan y se entregan solo a un horario determinado; para revender a voluntad unas horas más tarde.
  • Lavaparabrisas: consabidos estrategas en la elección de cruces viales mpara tomar al asalto a los conductores y limpiar en tiempo récord parabrisas y luneta por algunas monedas. Como otros oficios, deben pagar peajes y debatirse con la mafia que les reparte o "autoriza" los lugares para trabajar.
  • Mira-autos: personas que, en calles de estacionamiento permitido, sin parquímetros ni tarjeta; estratégicamente ubicadas (en cercanías de lugares de gran concurrencia: clínicas, universidades, parques públicos, reparticiones oficiales de concurrencia masiva, plazas, cercanías de espectáculos públicos, centros comerciales, cines, etc.), le advierten al automovilista que aparca ¿Te lo miro tío?, lo que significa exactamente eso: mirar, pues en caso de incendio, robo, maremoto, etc. no sabe a dónde ubicar al propietario ni va a hacer nada al respecto; cumplen largas jornadas en las veredas mafiosamente asignadas por quienes les cobraran a ellos parte del peaje que a su vez ellos cobran (y ya sabemos quienes son, o sea los intermediarios de la poli) por algunas monedas también y el yeite de lavar algún auto con agüita prestada a mitad del precio de un lavadero.
  • Abre-puertas: reservado por lo general a niños; que ya no solo se ubican en paradas de taxis, sino en puertas de teatros, restaurantes, terminales de transporte y hasta puertas de cajeros automáticos.
  • Plañideros de boleterías: marketing de la lástimaI aprobada con nota alta (y rencor por la desposesión rendida libre), para mujeres con niños, niños, ancianos: mangueo de monedas de vuelto en boleterías de subte, trenes, o cualquier venta de entradas, tickets o pases que se abone en efectivo y revista chirolas de vuelto.
  • Manifestante social a conchabo: o sea "te subo al bondi por $20.-" y vamo al acto.
  • Buscavidas sui generis: o sea, la versión desesperada del vendedor ambulante: compra para revender y le encajan gorros de lana en verano o bikinis en invierno.
  • Volantero: en el aquelarre del bazar persa donde todo se reduce (celulares, pilchas, medicamentos, anteojos, peine, peinetas, jabón, jabonetas, diría el turco de principios del siglo XX) es promisoria la carrera de Relaciones públicas que te propone este noble oficio.
  • Y sin extendernos en los cientos de artes y oficios que caminan por el margen de la ley o se cayeron brutamente de ella (algunos más sanos que otros que son amparados: un país que pena la prostitución y la timba, como si el yiro o la levantada de quiniela no fueran parte de toda sociedad; mientras que la usura y la estafa por engaño son alegremente institucionalizadas); no nos olvidamos de dos promisorias carreras que abren el futuro productivo del país encauzando a los jóvenes sedientos de realización y esperanzas: La Guardia Urbana o la Policía Buenos Aires 2... Andaaaaa!!!!

jueves, mayo 25, 2006

Kostumbres Argentinas

Cualquier semejanza con la realidad, es la realidad. Cualquier asociación libre lineal o elíptica es de exclusiva responsabilidad de los irresponsables que quieren pensar en este ciberespacio... Don´t cry for me baby!












miércoles, mayo 24, 2006

La Primera Morgue

Buenos Aires era sólo una "villa", un pueblucho que no podía competir en importancia ni en población con Salta, ni Asunción, ni Córdoba. En un pueblito todos se conocen. Bueno, no siempre. Buenos Aires era también un puerto, y en un puerto siempre hay gente de paso. Ya en aquella época el puerto de Buenos Aires era bastante concurrido para estar en uno de los confines del mundo. Tampoco imaginen que se llenaba el estuario de buques extranjeros pero el contrabando era bastante activo.
Lo que quiero contarles es que de vez en cuando, aparecía algún muerto tirado por ahí, casi siempre en la calle o en un baldío. Si no era reconocido inmediatamente se lo trasladaba a la morgue para que quien lo reconociera retirara el cadáver. Pero no fue hasta bien entrado el siglo XIX que la ciudad contó con una morgue en regla. ¿Dónde estaba entonces la morgue? En el único lugar donde podía estar; el único lugar por donde todo el mundo pasaba. Y si, lo tiraban en la puerta del Cabildo; el que lo reconocía se lo llevaba o avisaba a los deudos. ¿Pero y si nadie lo reconocía? Pues bien, cuando los cabildantes se pudrían(valga la redundancia) de sentir el olor a podrido del muerto, lo envíaban al cementerio de pobres.
El cementerio de San Miguel Arcángel, igual que todos los cementerios de entonces, estaba en el atrio de la iglesia homónima que aún hoy se encuentra en la esquina de Suipacha y Bme. Mitre. Allí tenían su último lecho los pobres, los huérfanos, los convictos, los ajusticiados, los que no tenían familiares conocidos y, por supuesto, los NN. Si bien el atrio no necesariamente tiene que ser el que actualmente conocemos, toda iglesia con más de 150 años enterraba gente en su predio. Si ud. piensa en casarse elija la iglesia que le guste y después de la ceremonia salude a los familiares y amigos desde donde quiera, pero no diga que no le avisé: no siempre el atrio es el lugar más feliz



¡¡Felicidades!!...


(Gracias Comandante por la foto)

martes, mayo 23, 2006

Escudos de Armas

El escudo de armas de la Ciudad de Buenos Aires, de acuerdo a lo aprobado por Ordenanza del 3 de diciembre de 1923 tiene forma elíptica, de una proporción de 5x6 entre sus ejes mayor y menor, encerrando los atributos que se describen: En jefe una paloma radiante, vista de frente y con las alas extendidas; en punta un áncora, medio sumergida, con parte de la caña fuera de la superficie de un mar rizado, que ocupa el cuartel inferior. Un poco más debajo de la línea que determina el eje menor de la elipse, dos barcos, uno de ellos carabela y el otro bergantín del siglo XVI, vistos por costado de babor. Ambas naves empavesadas con bandera en los topes.

Este no fue el primer escudo que tuvo la ciudad de Buenos Aires, ya que anteriormente existieron otros dos que se fueron sucediendo hasta llegar al actual. Del primero se tiene noticias a través de los Autos proveídos por Juan de Garay, fechados el 20 de octubre de 1580. En los mismos Garay señaló por armas de la ciudad un águila negra pintada al natural, con su corona en la cabeza, con cuatro hijos debajo, demostrando que los cría; una cruz colorada sangrienta saliendo de la mano derecha y subiendo más alta que la corona, semejante a la cruz de calatrava, todo ello en campo blanco. Este hermoso blasón porteño fue aprobado por el Consejo de Indias en 1591.
Para 1649 ya no quedaba memoria alguna de ninguno de estos dos escudos, pues al analizar el tema ese año el Cabildo, se afirmó que Buenos Aires carecía de un blasón propio. Para suplir esa falta y por iniciativa del gobernador Jacinto de Láriz, se procedió a confeccionarlo. Rodeado por la leyenda "Ciudad de la Trinidad y Puerto de Buenos Aires", presenta en la parte superior una paloma con las alas abiertas y rodeada de rayos, y en la parte inferior un mar agitado y un ancla con una de las uñas hacia arriba. La incorporación de las naves al escudo de Buenos Aires se realizó por primera vez en las medallas mandadas a acuñar en el Perú con motivo de las fiestas de proclamación del rey Fernando VI, que se realizaron en nuestra ciudad en 1747. A partir de entonces la paloma (símbolo del Espíritu Santo que representa la Trinidad), y el ancla y las naves (que representan al puerto), figuran en todos los escudos de Buenos Aires con pequeñas variantes en su ubicación.En 1852 la Comisión de Educación del municipio porteño, en la cual revistaba Domingo Faustino Sarmiento, aconsejó la adopción de este escudo ya tradicional, medida que se concretó de manera definitiva y oficial por ordenanza municipal de 3 de diciembre de 1923, en la cual se fijaron con precisión sus características.
Este último ha sido aprobado no como escudo, sino como logo representativo del Gobierno porteño en 1998. Ud. puede encontrarlo en cualquier factura de ABL o rentas.
Si alguien sabe de heráldica y quiere explayarse en las simbologías siéntase como en su casa.

domingo, mayo 21, 2006

Piedra sobre Piedra II (Y de pronto todo quedó chico)

Como bien nos cuenta FJTU, la ciudad pasó por tres grandes períodos históricos que le confirieron una identidad. La aldea virreinal; el puerto motor de divisas que conservando su estilo colonial fue fogón de sesenta años de luchas facciosas / fraticidas y la ciudad europea que soñó la generación del '80 en el siglo XIX... Ya nos contará nuestro amigo como fueron las caras de estos empedrados.
Luego de los sesenta, empieza una cuarta y profunda transformación; la que le cambiará ese sesgo de pinceladas madrileñas y parisinas, para impulsarla hacia la megalópolis que es hoy. Las megalópolis se caracterizan por varios ejes que las diferencias de las grandes metrópolis; mientras que las últimas son una metrópoli que ha crecido manteniendo una identidad, una línea un tinte característico en lo arquitectónico, de coherencia de despliegue urbano; las megalópolis pierden todo concierto: su característica cosmopolita comienza a dividirlas en infinidad de ghettos, la desigualdad social impulsa más ghettos aún, a su vez estos le van dando fisonomías a los barrios, la explosión poblacional, de habitantes, de industrias, de tránsito humano y mecánico, de vehículos, de servicios, los nodos de actividad comercial, administrativa, industrial, etc., provocan que no alcancen calles, avenidas, autopistas, medios de transporte, complejos habitacionales, edificios públicos, paseos, instituciones educativas, centros de recreación, etc., etc. A su vez tales concentraciones de gentes -gigantesco mercado- atraen multitud de actividades que promueven más concentración, más desplazamiento... y todo, absolutamente todo se va ensanchando, agrandando, agigantando a los ponchazos. Se pierde una estética y se confunde un centro histórico de arquitectura europea, con un down town de rascacielos de cristal, bronce y acero, estereotipo de las ciudades yankees; se forman complejos edilicios que no se diferencian de los de Bombay, San Pablo o Yakarta o México, donde la gente se apiña en paredes prefabricadas; se confunden estaciones de estilo británico con otras de corte alemán moderno en las vías del tren; se pierde una uniformidad de diseño en el trazado del metro; una racionalidad en la línea de los hospitales, estadios, puentes... se trata de salvar el atolladero.

Este impulso comenzó con fuerza a mediados de los sesenta y ya no se detendría hasta nuestros días, sacando a la ciudad de esos prolongados letargos en los que se sumía, para darle esa vibración de hormiguero moderno, en constante transformación, para bien o para mal.
Por esto, como ya antes, refrescamos esa explosión paso a paso desde esta sección.


El Túnel de Libertador. La anchísima y paqueta avenida, arteria vital de la zona norte de la capital y el suburbano, no podía soportar ya el anacronismo de un paso ferroviario a nivel. Aquí, recién inaugurado: una novísima formación de coches japoneses de la línea Mitre pasa por encima (ya están en pleno reemplazo de las viejas formaciones inglesas de color marrón con peldaño postizo para los nuevos andenes, proceso que llevaría más de diez años). El balizamiento de su pronunciada curva (en la que se hicieron torta numerosos bólidos), sus semáforos de advertencia de peligro, su elegante línea de hormigón pretensado... todo muy moderno para los últimos sesenta. Acompañados de los semáforos de carriles reversibles de libertador; su nueva iluminación de gigantescos postes de luz de gas de mercurio o sodio, cambiaron severamente el aspecto de esta zona. Años después le llegaría el turno a Cabildo (20 años después) y el túnel Carranza demoraría ocho años en finalizarse, para desesperación de los comerciantes de esa zona de Palermo.

Por esa época se terminaba el Nuevo Puente Pueyrredón; denominación con la que por mucho tiempo se conoció este distribuidor sobre el Riachuelo, que enlazaba la Av. Montes de Oca (en ese entonces de doble mano), con la Av. Mitre, en la línea del encadenado suburbano hacia Quilmes y Berazategui y con la Avenida Pavón, con idéntico propósito de arteria rápida hacia los pagos de Lanus, Lomas, Temperley... Reemplazaba así al histórico puente Pueyrredón, que tenía y tiene acceso por la calle Vieytes; estructura de hierro con calzada de madera y flejes de acero por entonces , que aún hoy es una opción (obviamente ya asfaltado). Por ese entonces, el viejo puente estaba en contínua reducción de calzada por reparaciones, pues no soportaba ya el peso y volumen del tráfico que lo atosigaba. El puente, hoy, es el nuevo; enlazado hacia Capital por la Autopista 9 de Julio Sur, que se construyó en el período 1986-1990. Su importancia es tal que, pese a sus cuatro manos por lado, apenas da abasto y, durante la época de los peores momentos de miseria de los '90, se transformó, hasta nuestros días en un campo de batalla político donde se gritó la impotencia y se llevó el reclamo social para llamar la atención, donde se enfrentaron laburantes contra laburantes y donde el poder de turno regó con sangre el asfalto, como torva advertencia... con la anuencia y el olvido de muchos, pleno de justificativos parecidos al "por algo será"... esas cosas de nuesta facilista y reaccionaria sociedad.

Flamante luce el cangrejo de Libertador y Gral. Paz. Una nadería a comparación de las bifurcaciones y superposiciones de autopistas y avenidas de hoy (solo pensar en los cuatro niveles del cruce Juan B. Justo, Gral. Paz., AU 25 de Mayo, AU del Oeste), sin embargo fue, durante mucho tiempo una pesadilla para los choferes porteños poco acostumbrados a las salidas de obras de esta envergadura. Durante más de 25 años, con este nodo como punto central, el tramo de la Gral. Paz que arrancaba de Panamericana y enlazaba con el primer tramo de la Autopista Lugones (que llegaba hasta el puente Labruna, para orientarse); fue una obra de vanguardia que junto con la Ruta Panamericana, hasta su bifurcación con la Ruta 197, era el único tramo de la red vial argentina susceptible de ser llamado autopista. El resto de la Gral. Paz, era la característica avenida parque, tal como se la concibió en los primeros cuarenta, con dos manos por calzada y mucho verde en su cantero central y a sus costados, donde se sucedía la típica cerca de troncos y los chalecitos de los cuidadores, así como los característicos puentes de taludes revestidos en piedra, donde era habitual ver practicar a los andinistas citadinos. En la foto apenas se distingue el perfil del antiguo Monumental y no señorea ninguno de los gigantescos edificios que hoy, jalonan Nuñez.

Ciudad Universitaria. Ya mostramos una toma opuesta, en nuestra primera entrega, de su etapa de construcción. En ésta, tomada desde el estadio de River Plate, aparece casi terminado el Pabellón 2 (Ciencias Exactas) y bastante avanzado el 3 (Arquitectura y Diseño) a la izquierda de la imagen.. Pese a la concepción de control panóptico del diseño de sus dos edificios principales, fue sin duda, la última respuesta masiva al crecimiento de la matriculación universitaria de la U.B.A.; en tiempos de la menor tasa de analfabetismo y semianalfabetismo de la historia nacional y, sin duda, la de menor tasa de deserción educativa en los tres niveles de enseñanza.

Otra unidad académica de excelencia: la Universidad Nacional de La Plata; construía sus nuevos pabellones y claustros por esa época. El joven "K" y Kristina comenzaban sus estudios en estas aulas por entonces...

En los albores de los '70, eran tiempos de grandes obras (conclusas). Eran los tiempos en los que se comenzaba a construir el complejo ferrovial de Zárate-Brazo Largo; el Puente Gral. Belgrano entre Corrientes y Resistencia; la represa de Salto Grande; Atucha II; y tantas superestructuras claves a nivel país.

Por estos empedrados (y es un buen momento para contar a nuestros amigos que, tomando en cuenta la baja densidad poblacional de nuestro país en gral., y la continuidad de obras y servicios que se registran en la zona que delimitaremos; podemos afirmar que, aunque se trata de unir al conurbano bonaerense varias ciudades aledañas, desde La Plata hasta Pilar y completando en 180° sobre la ribera del río el semicírculo con ese radio, esta megalópolis es una continuidad urbana que toma esa área y encierra en ella a 15 millones de habitantes del total de 40 que tiene el país), se hallaban en construcción muchos complejos de monoblocks: los nuevos de Ciudad Evita, los edificios de ambos lados de la Autopista Ricchieri en Tapiales, el Barrio Ejército de los Andes (Fuerte Apache); el Barrio Cardenal Copello; las torres de Prefectura en Catalinas Sur; Lugano I y II; el Barrio Soldati... ganaban en el cielo espacio torres en Avellaneda, Ramos Mejía, Vicente lópez y Olivos, se construían los primeros pasos bajo nivel en la línea del ferrocarril Roca, en Lanus, Banfield y Lomas de Zamora; las líneas de colectivos multiplicaban ramales en el conurbano; se proyectaba al firmamento Catalinas Norte... Entraba en un frenesí la ciudad de la furia, del que ya no habría retorno.-

sábado, mayo 20, 2006

Ciudad de Otros Es insano el calor de la fría fragua del cemento


Las cortinas del diablo

Uno de los grandes placeres de la vida es observar, siempre pensé.

Dios puso la vida ahí, toda junta, y el big bang nos mandó de un saque por el medio de esa inconmensurable creación. Dios, en todo se hace presente y, con parámetros celestiales, nos muestra esa vida toda, que a veces, parece demasiado para los simples mortales. Está ahí: para gozar, para sufrir... para elegir; un gran mecanismo cósmico, un plan que nos trasciende; siempre pensé.


Con esta idea, transito por la vida esta... observando, buscando indicios. Cada día, en los viajes menos heroicos, en los sitios más vulgares, en las situaciones más cotidianas, observo y busco; en lo pequeño y en el conjunto busco en la vida las trazas del plan, los rastros de Dios..., siempre pensé. Y Él, Él me llena de hallazgos, me colma de vida; me cubre de épica en el lugar más sórdido, en el trámite más corriente, en el sitio menos romántico...


Hace frío en la mañana cuando bajo del bondi y atravieso Parque Rivadavia. Observo a la gente que camina mirando al tránsito, mirando a los árboles y a los monumentos, a los grupos de críos que arrastran su sueño y sus mochilas a la escuela, al que pasea los perros, a los viejos que juegan ajedrez... Pero no ven, bajo las mesas que los puesteros hacen dormir contra el paredón, a las varias decenas de personas que allí se despiertan cada mañana. Hay que voltear a la izquierda... o a la derecha, según hacia dónde se camine; pero no, como si hubiera un obsceno telón nadie mira allí. Un linyera reciente de tupida barba gris y rostro de cansancio sin emociones, se percata que lo miro; está cerca y mi imagen se refleja en sus enrojecidos ojos azules. Como en cámara lenta, me aparto del camino y le extiendo uno de mis churros aún tibios. No me dice nada. Muerde, parpadea y en sus ojos... aparece Dios. Vuelvo a la senda, que se me antoja una cinta transportadora. La gente mira hacia delante; alguien, que me ha observado, lleva su vista del linyera a mí... nos mira como si fuésemos marcianos.




Al bajar del subte, en Catedral, hay un chiquillo recostado en la pared del andén: en su regazo otro pequeño dormido, casi un bebé... El chiquillo tiene su mano extendida, pero ni siquiera pide. La gente baja en tropel y mira... mira las indicaciones, las publicidades, los letreros, los televisores... mira hacia arriba. Una mujer se inclina sobre los niños y llena sus manos de golosinas y alimentos; veo que habla al mayor, más no escucho. La gente no la ve, pero en su marea, no los atropella; como si un velo cubriese la escena, hipnotizado, veo como estrechan filas y se van, mirando hacia arriba. En el tacto de esa mano que incorpora a los niños... adivino el tacto de Dios.




Vuelvo a casa en auto. Una calle estrecha, un semáforo perezoso, me detienen con varios coches por delante. Allá en la bocacalle, unos muchachos enjuagan parabrisas, y un inválido desanda su procesión vehículo por vehículo. Mira dentro de cada uno, pero no le ven. Las ventanillas, muy polarizadas para ver claro, son párpados de vidrio cerrados... Yo, que conduzco a vidrio bajo para sentir al viento y al motor, veo al lisiado que llega en su silla: no tiene piernas, tiene una sonrisa... con mi compañero le damos tres monedas y dos caramelos media hora; él, que nos ve tristes y cansados, nos da palabras de aliento y se aleja... en su voz, escucho a Dios. El Renault de atrás que, vidrios altos como persianas, no ve ni escucha nada, me sacude un bocinazo preguntándome por qué no arranco...



Siempre pensé, desde que tengo Fe, que Dios está en todas partes... pero para poder verlo, hay que correr esas cortinas que el diablo cierra a diario sobre nuestro corazón...

Sobre lo que siempre pensé... empecé a pensar. Dios, como las verdades, está siempre frente a nuestras narices, ese tipo, que no tiene cuernos ni usa tridente, que todos llevamos adentro, le cierra el telón a esa parte de ser humanos que vale la pena ser vivida, siempre pensé...


jueves, mayo 18, 2006

Volvió un Domingo (Vi la risa de un pibe de Barrio)


La noticia tiene un par de días, pero como la viví en directo, me tuvo un poco emocionado y recién la puedo compartir desde Empedrados. Tal como habíamos contados en Fantasmas y Duendes un post de hace unos meses; las barriadas que rodean al Parque Avellaneda, tenían un luto más por sobre los tantos que ensombrecían al país: hacía más de 8 años que el entrañable trencito del parque no circulaba...
Una vía muerta más en esa maraña de claudicaciones, olvidos y miserias, que nos lo robaba todo tras el espejismo cholulo del primer mundo donde, claro, no había lugar para una vieja zorrita que con un motor mercedes OM 314 (del camioncito Mercedes 608D), empujaba una serie de carritos desnudos y de poca gracia, que hacían las veces de vagones. El tinglado, la glorieta de la antigua estación, todo aparecía muy ruinoso y poco rentable; es verdad, muchos pibes (los más), asaltaba como los indios a los perezosos vagoncitos porque no tenían las chirolas del viaje. Pero igual daba, eran muchas las abuelas y madres que tomaban aire bajo los hermosos eucaliptos, pinos y paraísos del parque; pero, historia vieja, los empresarios (no importa la talla) en este ispa siempre igual: inversión = cero; mantenimiento = cero; concesión = vencida; impuestos y contribuciones = si te'visto no me acuerdo; material = se rompió : resultado = chau, tomá los fierros viejos, yo me tengo que ir al corso...
Durante la gestión de Topadora Domínguez, el último califa porteño del Menemato (que además fue ministro de defensa y secretario de ...) y comienzos de la del lánguido De La Rúa, el parque tocó fondo: la lavada de cara con miras a la elección del primer Jefe de Gobierno que le hizo Domínguez, fue tan trucha y costosa como la lengua de asfalto con que tapó la ventilación del subte B bajo Corrientes; la leca desapareció; las piedritas rojas, afanadas para contrapiso; el vivero municipal: un páramo sin árboles; los bancos de material partidos; los de madera, leña; basura y más basura... el polideportivo en un 40% de sus posibilidades; menos luces que en Ciudad Oculta; una mini villa (más de aguantadero que de olvidados), tipo asentamiento en unos viejos edificios apretados entre la Av. Olivera y la Autopista; montones de casas antiguas tomadas con la anuencia de punteros políticos, desde la elección de Erman González en adelante y la vista gorda de la 40°; el Palacio Azteca peor que un baño de Constitución... el fondo del mar.
La gestión que, de Olivera a Ibarra, pensó la ciudad en otros términos y se dió cuenta cuántas sonrisas y cuántos votos se juntan con un puñadito de guita y algunas buenas intenciones; fue devolviéndole sus reales al Parque; la colectividad boliviana que es asidua concurrente, dió ejemplo de limpieza y respeto a lo que disfruta; el casco de los Olivera se reabrió hace algunos años;




los setos se volvieron a recortar; la Asamblea Barrial (que resistió cuanto embate la quiso desalojar de Lacarra y Directorio), fue refugio de olvidados y argamasa de la clase obrera de un barrio tan porteño, hasta la feria (hoy desplazada) de tutti frutti, le dió su color. Es que la gente no se rindió, se aferró a su bastión y el sábado 13 de mayo entre pompa y circunstancia, un sol hermoso y algunos lagrimones, arrancó del viejo Tambo de la quinta, el entrañable amigo ausente y mi niño (que no pude ver, pero puede sentir), rió con el hermoso desaforo de los chiquilines al vibrar el entablado y remozado vagón y estaba mi viejo, con sus casi 74, y su primo con sus 64 y mi primo de 55 y mi prima de 32 y mi sobrino de 18 y mi patrona (que no dechavo) y ni siquiera hizo falta subir (no se po´día de tanta gente), pero en cada semblante ví a un pibe de barrio que reía, barrios que ya no están, que tienen otros transeuntes, otra fisonomía... pero que nos legaron su espíritu y tienen un testigo ruidoso pero mudo, que desde el sábado pasado, traquetea sin prisa por entre los "coquitos" de los eucaliptos centenarios ¡Bienvenido viejo amigo!, te estábamos esperando...
Las barriadas de Floresta, Mataderos, Villa Luro, Vélez Sarsfield, Monte Castro, Liniers, Soldati, Flores y otras tantas, están de fiesta: el sol del 25 viene asomando...
Lo bendijeron el sábado, remoloneó, descarriló un poquito y pronto trazó sus huellas. El domingo volvió para la gente y la gente... lo glorificó.
El trencito corre de miércoles a domingos, de 15 a 20 hs. Hay una exposición los fines de semana de ferromodelismo, autos y colectivos antiguos; una bonita feria artesanal y pronto reabre el Palacio Azteca con múltiples actividades, desde talleres de cerámica, hasta cursos de idioma o escuela de tango y todo gratuito, tal como circuló en trencito estos primeros días.
Cliqueando sobre las imágenes de la Asamblea Barrial, algo de su actualidad y todos los servicios que presta, con sus horarios






La Reina del Plata vista por un pájaro(n)

Hace un tiempo tuve la oportunidad de viajar al sur en avión en un día maravilloso (lo que algunos llamaríamos "un día peronista")...