martes, enero 23, 2007

Los nombres de las calles VIII Conquistadores 2º parte

Mencia Calderón
Doña Mencia Calderón podría ser considerada como la madre(o madama vaya uno a saber) española del área del Río de la Plata, ya que su llegada a Asunción, junto con las mujeres que se convertirían en las esposas españolas de los conquistadores, fue el comienzo del establecimiento (con pocas excepciones) de familias blancas, criollas pero no mestizas, así como también de la estabilización de la vida familiar española en el área de influencia de Asunción.
Cuando su esposo, Juan Sanabria, falleció antes de poder ir al Río de la Plata para ejercer sus derechos como adelantado (concedidos en 1547) y cuando en virtud de heredar dicho cargo, su hijo Diego se viera imposibilitado para partir inmediatamente(dicen las malas lenguas que abominaba de la idea), Doña Mencía, cuyos ovarios eran más grandes que los huevos de su hijo y cuya fortuna había sido invertida en la expedición, partió de España en nombre de Diego (1550). La armada estaba compuesta por tres barcos comandados por el tesorero real, Juan Salazar y Espinosa y Hernando de Trejo, unos pocos hombres de armas y unas cincuenta muchachas españolas, incluyendo sus propias hijas, que esperaban encontrar marido en la nueva tierra.
Seis años después, los sobrevivientes llegaron en forma dispersa a Asunción a relatar las penurias sufridas:
Fueron capturados por piratas muy decentes frente a las costas africanas y sólo fueron puestos en libertad cuando se les entregó todo cuanto de valor había en los barcos como rescate o botín. Los relatos aseguran que las mujeres fueron respetadas todo el tiempo y los barcos abastecidos de alimentos para varios días. Enfermedades y muertes, tempestades y naufragios, lo de siempre pero peor. Los barcos se dispersaron y perdieron a lo largo de la costa brasileña. En una expedición que había partido un par de años después, Diego Sanabria el Adelantado retrasado pereció ahogado en la costa brasileña. El grupo de Doña Mencía y las 50 chicas, conducido por Trejo, después de espera en vano ayuda, partió de Santa Catarina a patacón por cuadra y chiflando bajito, y arribó a Asunción en 1556. Más tarde, muchos miembros de dicho grupo se trasladaron a Santa Cruz de la Sierra, en el límite oeste del Paraguay, pero la mayoría finalmente regresó al área del Río de la Plata.
En 1564 Doña Mencía escribió un breve relato de las penurias sufridas en su viaje rumbo al Paraguay. Entre las nuevas familias allí establecidas, de las cuales habrían de surgir los futuros líderes criollos, se encontraban las de las hijas de Doña Mencia, quienes tempranamente se casaron con los oficiales comandantes de la pequeña flota:
Fernando de Trejo y Sanabria, posteriormente obispo de Tucumán, era hijo de María Sanabria y Hernando de Trejo; Isabel, hija de Isabel Sanabria y Juan Salazar y Espinosa, se convirtió en esposa (en Santa Cruz de la Sierra) de Juan de Garay, quien luego fundó Santa Fe (1573) y restableció definitivamente Buenos Aires en 1580. Hernandarias fue nieto de Doña Mencia.


Garay
Vamos a detenernos en detalle sobre este importante personaje en otra sección, pero mientras damos algunos datos.
LLegó a América muy joven. Tenía alrededor de 18 años cuando su familia llegó al Perú en 1546. Participó en un sin número de expediciones y exploraciones por el Alto Perú, el Tucumán, el Chaco, el Paraguay y todo a lo largo del Paraná. Siempre se mantuvo fiel a los intereses del rey y de su familia en sentido amplio. Fue un hombre práctico, valiente e incansable y uno de los mejores agentes de la Corona por estas latitudes.


Hernandarias
Hombre incansable, este criollo, nació en Asunción. Se llamó Hernando Arias de Saavedra y era hijo natural (bastardo) de Martín Suarez, oficial de Alvar Núñez Cabeza de Vaca, y nieto de Mencia Calderón. Emprendió la carrera militar a temprana edad, y participó de numerosas expediciones de exploración y conquista en territorio paraguayo y argentino. Sus dotes como oficial y administrador llevaron a su nombramiento como gobernador de Asunción en 1592; ocupó el cargo con solvencia durante tres períodos. Al mismo tiempo, su medio hermano, Hernando de Trejo, fue nombrado obispo de la sede de Asunción.
En 1602 fue nombrado gobernador de Buenos Aires, puesto que ocuparía hasta 1609. En ese puesto tomó numerosas medidas para estimular el crecimiento de la entonces pequeña villa portuaria, incluyendo la creación de las primeras escuelas de primeras letras, la instalación de hornos de cocción de ladrillos y tejas para sustituir la construcción de adobe y la reconstrucción del fortín que protegía la ciudad de los piratas. Ordenó además la construcción de un torreón defensivo para el puerto, ubicado a la desembocadura del Riachuelo en la actual Vuelta de Rocha, tras el robo y saqueo de dos navíos anclados por parte de corsarios ingleses el 18 de marzo de 1607. Tomó también medidas contra el contrabando, causado por la prohibición del comercio de frutos del país y de negros esclavos. De hecho, fue el único se animó a enfrentar la corruptela que desde hacía años se desarrollaba en el puerto lucrando con el contrabando, y de la que los funcionarios eran parte activa.
Durante su período como gobernador de Buenos Aires, Hernandarias emprendió varios viajes de exploración, incluyendo expediciones a Uruguay y Brasil para contener a los bandeirantes portugueses y explorar la navegabilidad de los ríos, y a la Patagonia para buscar la mítica ciudad de los Césares. En esta última, en 1604, fue capturado por los nativos mapuches casi 1.000 km al sur de Buenos Aires, aunque pudo escapar con vida.
En 1603 Hernandarias modificó la legislación sobre el trabajo de los aborígenes, promoviendo la supresión de las mitas y encomiendas, por las cuales los españoles gozaban de los frutos del trabajo de los nativos a cambio de su evangelización, en la práctica inexistente. Obtuvo la aprobación de esta reforma por parte del rey Felipe III, y en 1608 se dispuso la creación de las reducciones jesuíticas y franciscanas en la región del Guayrá (Paraguay). En 1611 el visitador Francisco de Alfaro declaró libres de encomiendas los indios convertidos por los jesuitas, y dictó sus famosas ordenanzas.
En 1615 fue nombrado nuevamente gobernador. Por iniciativa suya se dividió la gobernación del Río de la Plata en dos: Paraguay (que abarcaba las villas de Asunción, Santiago de Jerez, Villa Rica y Ciudad Real) y Buenos Aires. Decretada en 1617, no se llevó a cabo hasta 1620. Retirado a Santa Fe, Hernandarias falleció en 1634.


Del Barco Centenera
En 1602 se publica en Lisboa "La Argentina y Conquista del Río de la Plata, con otros acaecimientos de los Reynos del Perú, Tucumán, y estado del Brasil, por el Arcediano don Martin del Barco Centenera" poema épico de carácter ejemplar; don Martín, muerto.¿Quién era este hombre de sotana que inspirara el nombre de nuestra patria?
Nació en Logroño, ahora España, por entonces Castilla, en 1535. No sabemos cuándo ni dónde, este extremeño, se ordenó cura pero si sabemos que se vino al fin del mundo en la expedición del 4º Adelantado del Río de la Plata, Juan Ortiz de Zárate, como capellán. Fue archidiácono del Paraguay. En 1582, viaja a Lima para presentar informes sobre el estado de los guaraníes y allí asiste y es nombrado secretario del tercer Concilio (provincial) de Lima. También actúa como Comisario del Santo Oficio (Inquisición) de Cochabamba. LLega a Buenos Aires, mejor dicho La Trinidad en 1593, donde su principal acto fue mandar derribar el ranchito que hacía las veces de Iglesia Mayor y mandar a construir un templo de madera y adobe. En 1596 es expulsado de América y retorna a la península donde escribe su célebre libro y muere.
¿Pero por qué fue expulsado? Parece que al Padre Martín le gustaba mucho el vino. Fue procesado por emborracharse en lugares públicos, dar espectáculos "abrazándose a botas de vino", andar contando públicamente sus relaciones carnales con mujeres de vida fácil, dedicarse al lucro con el comercio y convivir con una dama casada. Todo esto, sin contar que fue procesado, condenado y cesanteado como inquisidor por acusar e iniciar procesos por "moros y judíos" a sus enemigos personales; por lo cual también fue expulsado del Perú en 1590.
Como verán, el ilustre clérigo que llamó "Argentina" (por argentum plata en latín) al Río de la Plata y por el cual este ispa lleva tal nombre, era todo un bribón y muy digno de estos remotos parajes.


Azara
Félix de Azara fue un militar, ingeniero, explorador, cartógrafo, antropólogo, humanista y naturalista español. Nació el 18 de mayo de 1742 en Barbuñales, en Aragón y murió en 1821.
Realiza sus estudios en la universidad de Huesca y luego en la Academia militar de Barcelona de dónde sale como cadete en 1764. Sirve en el regimiento de infantería de Galicia y obtiene el grado de lugarteniente en 1775. Fue herido en la guerra de Argel y sobrevivió por milagro. Rechazó en 1815 la Orden de Isabel la Católica en protesta por los ideales absolutistas que reinaban en España.
España y Portugal, por el Tratado de Tordesillas, fijaban las fronteras de sus posesiones en América del Sur. Se eligió a Azara para formar parte de los comisarios encargados de delimitar con precisión las fronteras españolas. Parte hacia Sudamérica en 1781 para una misión de algunos meses y se quedará durante 20 años.
Según sus propias palabras, inicialmente se dirigió a Asunción, capital de Paraguay, para realizar los preparativos necesarios y esperar al comisario portugués. Parece ser que el comisario portugués sólo tenía interés es alagar hasta el infinito la operación de fijar las fronteras, así que Azara decidió viajar por su cuenta para matar el tiempo y hacer un mapa de la región.
En sus viajes, y casi por aburrimiento, tomó interés en los animales de las zonas que visitaba. Así, a pesar saberse ignorante sobre el tema y creer que antes que él ya lo habrían hecho los viajeros y naturalistas de América, decidió apuntar sus observaciones y esperar a acabar sus otras obligaciones para publicar los materiales. Así, desprovisto de conocimientos científicos, se dedica al estudio de los mamíferos y las aves que encuentra. La única bibliografía de la que dispone es una traducción al español de las obras de Buffon (1707-1788).
Azara describió 448 especies, de las cuales la mitad eran nuevas.
Finalmente fue llamado de vuelta a España en 1801 al cabo de 20 años de privaciones, sufrimientos y después de haber sobrevivido a diversos peligros, desde ataques de indios hasta serpientes venenosas.
No aportó animales disecados, sino únicamente sus manuscritos sobre los mamíferos y reptiles del Paraguay y Río de la Plata: "Apuntamientos sobre la historia natural de los quadrúpedos del Paraguay y Río de la Plata" (Madrid, 1802); las aves: "Apuntamientos para la historia natural de las Paxaros del Paraguay y Rio de la Plata" (tres volúmenes, Madrid, 1802-1805). su trascendencia fue tal, que sus obras se tradujeron al francés por ilustres naturalistas. varias especies de pájaros le fueron dedicadas por distintos naturalistas, e incluso, se le ha dedicado una dorsal en la Luna, la Dorsum Azara en 26° 42' N y 19° 12' O de unos 105 km de longitud.
Se planteo la posibilidad de la evolución de las especies,preguntandose las similutudes existentes ante la falta de rigor cientifico. Antes que el propio Charles Darwin, quien parece que conocía sus estudios.

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