La publicidad, la propaganda y la información, han convertido a la ciudad en un escaparate interminable de los impulsos neuróticos del marketing, el merchandising, y la avidez de consumo que ello supone. Las necesidades trocaron en deseos que, como en cualquier sociedad, están culturalmente determinados; y bien se podría decir que la cultura meterial de una sociedad, es el conjunto de la produccción de bienes tangibles, intangibles y simbólicos. La noticia, otro producto de este mercado, también se convirtió en un alimento cotidiano de la metrópolis.
Hoy son miles los estímulos que, azuzando los cinco sentidos, nos compelen a desviar nuestra atención y buscan capturar nuestra preferencia; pero solo algunos son los que históricamente devendrán como hitos en la construcción de nuestros recuerdos, idiosincracia y llamarán a la añoranza.
Compartámoslos. Ellos nos sorprendieron desde afiches, carapantallas, escaparates y vidrieras, mostradores, gigantografías, revistas, carteles, volantes. Esta nuestra primera entrega, que la disfruten!
Así como el asfalto esconde al viejo empedrado de las calles, la historia oficial esconde ese empate de olvidos y recuerdos que forman la memoria colectiva de nuestro damero urbano. Este weblog de voces múltiples nos habla de un espacio en común habitado por mundos a descubrir ¡vamos a andar!
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