martes, febrero 28, 2006

Piedras Muertas II (Gritos de empedrados lejanos)

La ciudad gris
Los ojos de Susan son de un azul profundo. Son ojos grandes, que afectan inocencia. Fijos, hipnotizados; hoy, meros espejos. Las largas pestañas que los enmarcan, sacuden nerviosamente el polvillo gris que las cubre tanto como a sus pobladas cejas. Es ese mismo polvillo, el que delata los surcos que en su frente talla la angustia. En los espejos celestes, estallan luces verdes, rojas y azules; se cruzan sombras ansiosas que, en monocromía gris uniforme, dejan la impronta de su paso por las retinas acuosas, congestionadas, que apenas contienen el llanto.
Susan está parada sobre el cordón de la acera gris cemento. Los puños cerrados con fuerza, se crispan sobre la tela de jean de sus pantalones. Como parte de la escenografía de una superproducción, se yergue inmóvil y tiesa cuan alta es, sumida en el anonimato dictatorial de la sucia capa gris, que todo lo vela, que a todo desdibuja: árboles, automóviles, marquesinas, plazas, hombres, patrullas, autobombas... Susan, como la mujer de Lot, es una estatua de sal. En esa encrucijada donde la sorprendió el siglo veintiuno hay, sobre sus paradójicos cabellos rubio ceniza, un cartel indicador, que hasta hace unos minutos delataba una esquina de Manhattan sur.

Un hombre atónito mira a Susan. Desde el destrozado ventanal de un despacho del tercer piso, trata de ensamblar percepciones: la muchacha petrificada que mira las ambulancias atascadas; los paramédicos que, corriendo en todas las direcciones atajan a zombies grises que caminan sin rumbo sensato; los gritos casi histéricos de la policía que con urgencia compele a todos a circular, sin saber bien hacia donde; las figuras que surgen reptando bajo los ruinosos vehículos; la sangre que densa, baja desde su cuero cabelludo abriendo brecha sobre sus polvorientas facciones... alza entonces su vista al gris antiguo del condominio del otro lado de la calle y ve el torso del joven que, en la terraza, se toma la cabeza. La sangre se cuela entre el pómulo y la aleta de su nariz y alcanza su labio: tiene un sabor metálico, es densa como el aire que respira, espesa como su aturdimiento.


En el edificio de enfrente, de humildes ocho pisos, un estudiante se abrió paso a la azotea y la historia le regala imágenes dignas del Dante. Cuando la Torre Norte cae de rodillas frente al mundo, lo hace con la parsimoniosa dignidad de un peso pesado, y su antena – asta, saluda ondulante en la ordalía de un final wagneriano: carmesí de explosiones, negro luto de humo espeso; lanzando al olvido el gris claro de su apatía arquitectónica. El muchacho se toma la cabeza, que le da vueltas en confusión y, boquiabierto, descubre al hombre gris que sangra allá abajo, en la ventana del edificio de la acera de enfrente y le interroga con una cara sin expresión. Mira hacia abajo y grita su advertencia a una audiencia diminuta, que no se recupera de la muerte de la primera hermana; es más, comprende que posiblemente no lo saben aún. Solo buscan su voz dos pequeños rostros allá abajo: óvalos gris claro sobre el fondo gris ceniza que ocultó el gris del asfalto. La muchacha junto a la ochava gira su cuello sin mover el cuerpo; el bombero que casco en mano, se ha sentado en el cordón de enfrente, alza su vista, su estupor y confusión. El estudiante rompe el encantamiento y se sumerge tras el parapeto gris: casi lo sorprende la llegada de la nube expansiva. Tose y se ahoga en la asquerosa humedad del polvo de escombros.


Huele a gas y a algún empalagoso combustible aromático. Llega un calor fétido y nauseabundo. Recorriendo a tientas la terraza en busca de la salida, encuentra una canilla; moja un pañuelo, se tapa con él la boca, las fosas nasales y regresa al borde. Las calles han desaparecido bajo la nube gris-blancuzca que se aposenta y se adueña de vivos y muertos. El sol se eclipsa de dolor. Oye al helicóptero que no ve, mientras atraviesa el cielo por sobre el sucio soplo que amortaja la ciudad gris, hoy más fría e impiadosa que nunca... casi muerta.












La ciudad gris, fría y despiadada, tuvo su día de muerte... La ciudad gris, víctima, era el símbolo del victimario lapidario; una secuencia de tres fotos entre las miles de los sites que, como en los links que pongo al pie, aparecieron; me animaron a narrar sobre empedrados que no han hollado mis pies...


Archivos fotográficos de 911 New York
Noticias del 11 de Septiembre

sábado, febrero 25, 2006

Gritos de Piedra I




Como manos, garras, estiletes o dagas; como flores, hiedras, celosías o pasiones; la ciudad se proyecta desde sus cimientos y los empedrados elevan su grito, su clamor desesperado por testimoniar, pertenecer, permanecer, prevalecer... en el bosque de granito, todos pujan por llegar al sol: La Reina del Plata, ciudad prolífica si las hay, nos brinda espectáculos sobrecogedores en esquinas insospechadas, hay aquí algo de su arte, de su estilo, y de la pasión, locura, demencia o mediocridad de los que lo crearon... ¡Pasen y Vean!


En 1935 y, como proyecto del Diputado Alfredo Palacios, se comienza la construcción de lo que iba a ser un gran Centro de Hospitalización de Tuberculosos. Se eligió la Av. Cárdenas en Mataderos, muy despoblado en esa época y, aún hoy, más de 70 años después, sigue siendo la edificación más preeminente de la zona. Contraste de crecimiento y caída; desarrollo y saqueo; opulencia de un estado muerto y brutal actualidad de una sociedad arruinada... Hoy, señorea sobre Ciudad Oculta y, mientras se convierte en un nuevo albergue Warnes, tiene una salita sanitaria donde algunos héroes de la medicina (en la planta baja) tienen montado un verdadero hospital de campaña. Quizás alguien se ilumine y se convierta en el Nuevo Salaberry (más piedras muertas)... y que no me vengan con boludeces de estructura, que cuando hay guita de por medio... basta ver cómo convirtieron al edificio de La Nación en el Bouchard Plaza, o mejor aún, las torres gemelas de Villa Luro, en Donizetti y Av. Rivadavia: más de 30 pisos de hormigón perlado y abandonado, sin tocar ni revestir y sufriendo la misma intemperie por casi 40 años, para eso existen estructuralistas, calculistas, vamos eh!...






La ciudad de la furia no se detuvo ante ningún absurdo: Racing e Independiente, dos rivales, un barrio -Avellaneda- y dos estadios de cemento para mucho más de 55.000 espectadores, separados por 200 metros!! (En la foto, de 1949, se está construyendo el de Racing y al de independiente le falta la tribuna Cordero todavía)... Un despropósito de las pasiones encontradas. Hoy en la cancha de la doble visera entran unos 59.000 espectadores y en el Cilindro de la Academia más de 70.000... desmesura.


Esquina de Perú y Belgrano, un edificio nos sorprende y deslumbra con la altura (para su época), sus cúpulas gemelas, sus líneas inquietantes, de un trabajo pocas veces visto en la ciudad, es el Otto Wulf, joya del art noveau plasmada por un arquitecto danés. Terminado en 1912 y conocido en Monserrat como "La Virreina" (a la derecha, detalle); su primer propietario fue el magnate y armador naviero Nicolás Mihanovich. Hoy pese a su gran deterioro y abandono, electriza la presencia de sus 10 plantas (equivalentes a más de 16 pisos modernos) y sus castigadas cúpulas; transmiten un siniestro magnetismo que atraviesa el tiempo y lo mineral (Debajo, planta por ambas calles)





En la cumbre del art noveau, con sus detalles barrocos y renacentistas, el Palacio Barolo sobre el célebre pasaje homónimo que une Av. de Mayo con Irigoyen, es uno de los hitos arquitectónicos más hermosos de Buenos Aires; sus pisos, cada uno representando la obra de Dante, terminan rematados en un faro que, junto con el del City Hotel (hoy derl grupo NH), fueron luces que resplandecían en el horizonte del Plata, cual brújulas mágicas que atraían a la ciudad insomne, palpitante. Arriba inquietante vista en un día gris, abajo, detalle de buhardillas, pizarras y cornisas.


El Kavanagh, (centro, abajo) el coloso de la barranca. En una ciudad donde el art-decó ha hallado tantas expresiones bellas en arquitectura: el edificio Safico, el Transrradio, el teatro Opera, el Gran Rex, decenas de edificios como los de Callao al 500... encuentra en él a su obra cumbre Durante décadas fue el punto culminante de Buenos Aires y el rascacielos en cemento y hormigón más importante de Latinoamérica, digno de erguirse en cualquier esquina de Manhattan. Pero su línea y elegancia sólo condecían con La Reina del Plata y señorearon en Retiro por años...

Hoy todavía conmocionan a la vista la elegancia de sus aristas, la osadía de su diseño, su clase y estilo... retadores continuos de los mejores paladares a la hora de decidir por la exquisitez en la construcción porteña.
(Abajo derecha, remate de sus pisos superiores vistos desde Plaza San Martín).


El "Alas" (al pie, derecha). Mítico señor de las alturas porteñas hasta la década de los noventa (posiblemente el reinado más largo), solo superado en los ochenta por una estructura (la torre de Interama), no por un edificio. El largo y delgado rascacielos, combina estertores del art decó con ciertas características de la arquitectura monumentalista o neoclacisista, una de las líneas de edificación durante el temprano peronismo (junto con el "chalet californiano" y los primeros monoblocks). Plagado de leyendas, como los supuestos túneles que desde su bunker llevaron a Perón a la cañonera "Paraguay" cuando fue derrocado; fue el primer edificio porteño en superar los 40 pisos y durante mucho tiempo lo coronó la antena de un canal de televisión abierta.

El primer gran shopping de la argentina, sentó sus reales en el corazón de Palermo viejo clásico, todos sabemos a cuál nos referimos; la fisonomía de este confín de Barrio Norte (que en realidad da su nombre a zonas de Retiro, Recoleta y Palermo), cambió dramáticamente y, dominando con su agresivo poerfil del siglo XXI y sus agujas estilizadas, las esclusivas torres del Alto Palermo Plaza, observan sus dominios desde la plaza Las Heras hasta los confines del río (debajo, derecha).


Catalinas Norte. Bosque de vidrio, acero y cristal; el salto de la metrópolis conservadora y dormida a la megalópolis cosmopolíta, vibrante de hoy. Hacia principios de los setenta, marcaron -casi sin proponérselo-, el divorcio definitivo con el río: la ciudad, cerró su horizonte y el sol se elevaría sobre los ventanales que de reojo atisban las aguas color león. El pujante polo financiero corporativo, se iba a replicar en innumerables torres en la década del los '90 (el Fortabat, el edificio de Pelli para Telefónica, el de Telecom...) y sobre Puerto Madero y sus diques en el primer lustro del siglo XXI. En las fotos, amanece contra el azul de cristal del edificio Boston o Catalinas II y el marrón de Heidycril (izquierda)
del Techint o Catalinas I, se perfilan el de IBM y las Torres Consultatio. (derecha)



La mole de Le Park (140 mts. casi 60 pisos), es un exclusivo y reservado refugio para adinerados conciudadanos que decidieron habitar los lares de Palermo (debajo, centro: su preeminencia vista desde la distancia de Costanera Norte, a la altura del Club de Pescadores). Su silueta, que empequeñece cuanto la rodea, es omnipresente: desde aeroparque, desde los bosques de Palermo, desde Villa Crespo, desde los confines de Belgrano... Sinónimo de la opulencia de la que disfrutaron unos pocos durante los '90, la nómina de su consorcio se plaga de nombres de la farándula más selecta, de notorios corruptos y de poderosos financistas; de un estilo totalmente funcionalista, discute con las torres El Faro, el podio de techo de Buenos Aires (hasta que don Franco Macri termine sus torrecillas en la Costanera Sur...)



Sin embargo, el punto culminante está en el sur de la ciudad, porque el sur también existe... Efectivamente, con los 215 mts. que con su antena alcanza la Torre Espacial del Parque de la Ciudad, es -pese a estar en los terrenos más bajos de la Capital-, su punto culminante; con una altura (en su observatorio) equivalente a un moderno edificio de 70 pisos. Un lugar clave para comprender la magnitud de este estilete porteño, es la intersección de Rivadavia y San Pedrito: mirando hacia el sur en esta encrucijada de Flores, se aprecia, en una perspectiva real por la distancia, el señorío de esta estructura. (Debajo, derecha)

Como un chichón de otro mundo, tal como correspondía, el Planetario Galileo Galilei fue inaugurado a principios de los '70, cuando rugían aún los Saturno V que impulsaban a las naves Apolo. Esta hermosa expresión arquitectónica es aún hoy de visita obligatoria, para solazo y asombro de grandes y chicos. (Debajo, izquierda)














Por último, nuestro inmanente símbolo fálico: El Obelisco (aunque qué raro, si lo metimos en la "más ancha del mundo", ¿por qué no fue el más "groso" del mundo?; claro, después viajás a Washington y te das cuenta por qué los yankis nos rompen el culo, ¡eso es un obelisco!); muchos sabemos que se inauguró en 1936, cuando se ensanchada Corrientes, cuando se tiraba todo a la mierda (cuando no) para hacer la Diagonal Norte; cuando se terminaban de construir tres líneas de subte a la vez (hecho que no se repetirá hasta nuestros días); lo que pocos saben, es la cantidad de querellas que la intendencia de entonces tuvo que enfrentar (por antiestético, peligroso, obseno, burdo, etc.) seriamente en los juzgados y que pretendían su demolición aún después de finalizado... El motivo de su estreno, fueron los 400 años de la primera fundación de la ciudad y la plazoleta que lo enmarcó, pasó a la historia como Plaza de la República. De dudoso valor estético, nadie puede discutirle que se ganó un lugar de honor entre las protuberancias con relieves históricos en Baires: desde las ventanitas de su observatorio pusieron fin a sus días unos cuantos saltinbanquis que se quisieron ir al otro mundo sin pasar desapercibidos, lo que llevó a mantener cerrado su acceso durante años (hoy es por el vandalismo); desde su punta se tendió una cuerda floja al Colón, para que unos alemanes del tomate hicieran acrobacias para un público ávido de caídas; en un curioso ritual, que se podría decir comenzó con las celebraciones de la obtención del infame mundial '78 al grito gil de "el que no salta es un holandés", a su sombra se celebraron campeonatos mundiales, continentales y vernáculos; su silueta hizo de telón a multitudinarios actos políticos luego del '82, desplazando a Plaza de Mayo en los números; a sus pies se amó, se mató, se destrozó, se afanó (las placas de broce), se quemó (el cajón de Herminio)... se le puso un anillo de chapá circular que decía "el silencio es salud" en los setenta, por ser el punto más ruidoso de la ciudad, se lo disfrazó de arbolito de navidad, se lo cercó con verjas, se lo garabateó con grafitis, ese le colocó un forro de su talla... bajo su ojo ciclópeo se oyeron las promesas de De La Rúa, se corrió más de una maratón, se fotografió a miles en pelotas... Señores hasta aquí nuestros primeros gritos de piedra: hay más.

Clic aquí para maravillarte con las cúpulas más hermosas

miércoles, febrero 22, 2006

Las gentes de Empedrados II: Willy, un cruzado en Floresta

Willy "Nando" Strapacho (que luego de comprobarse que pertenecía al género humano fue bautizado de filiación, Fernando Strafface), es una de las tantas leyendas urbanas que no salen a la luz y pocos tenemos la alegría de conocer.
Primo cercano de Gomera, de Los Polvorines; mientras que aquel conservó su candor de pibe de barrio, Willy se vió empujado a la fama y el estrellato... Aquí su tarjeta de RRPP.


Willy cumplió sus primeros 42 añitos justo el día de nochebuena (aunque a los 15 o 16 él decidió no cumplir más, y ahí se quedó para alegría y solazo de los que bien lo queremos); forma parte de las huestes del Comandante Fidel y está a la cabeza (bue, es una forma de decir) de la columna "Justicia Ciega".
Pese a que el mundo artístico lo conoce como Strapacho, para el barrio es "Willy"; lo curioso es que no debe su apócope al hecho de llamarse Guillermo, ni a su parecido con el cetáceo que no quiso ser libre; sino por el hábito de su cerebro de permanecer en prolongados letargos y de pronto, arrancar "haciendo un willy de neuronas" que, profundizando los surcos de su masa encefálica, le extirpan eufóricas y enfermizas ideas, que luego lleva a la práctica!!!
Algunos hitos en la trayectoria barrial:
  • Faro de suicidas: es sabido que las vías del Sarmiento son un fuerte atractivo para los que le quieren sacar ticket a la parca antes de tiempo. Es parte de la mitología de Floresta la táctica de Willy que, cada vez que se encontró a tiro, puso en práctica: cierta tarde, observa (caminando por Venancio Flores) a una joven muchacha que, en la barrera de Goya, miraba indecisa el paso de los trenes, con la inequívoca expresión de ¡no va más! ... Willy sin llamar la atención, se cruzó y se dirigío a atravesar el cruce por los barrotes de la otra mano de la calle. Al estar a la misma altura y con las campanas apremiantes, él le pregunta - ¡Te vas a tirar? -

- Vos no te metas!, dejame sola! - le grita la alienada

- No!!! está bárbaro!! - le responde Willy - Si una piba linda y con toda la vida por delante como vos se mata, yo que soy un mongólico no quiero vivir más tampoco!! (Willy se declara de credo mogólico apostóloco rom ano) - ¡Tirémonos juntos que es mejor, avisá, a la cuenta de tres!!! - le grita

- No! Estás loco, no te metás!!!- le responde ella; pero Willy está decidido y en la calma chicha de la tarde de Floresta grita a voz en cuello ¡Si!, ¡Yo también me tirooooooooooooooo! ¡No quiero vivir más!!!!-, al tiempo que se revuelca por el asfalto frente a la barrera y tiene convulsiones mientras le sale baba y espuma por la boca... La chica, desesperada acude a ayudarlo y ahí, la cacha en un abrazo de oso mientras sigue gritando ¡Nos tiramos! ¡Nos vamos a matar!!! Arrrghh!!!... en unos minutos varios patrulleros, el SAME, gente de TBA, se hacen cargo de la situación y la muchacha en un mar de lágrimas, es llevada al Alvarez (o al Alvear, vaya a saber)... Willy (que le tiene los güevos llenos a toda la 43°), declara y se va a su casa, al pasar por Goya mira la barrera... creo que con cada salvataje, se salva un poco a sí mismo.

  • Benefactor: En cierta ocasión, la dependencia para personas con discapacidad de la calle Ramsay, ofrecía una silla de ruedas a cambio de 100.000 boletos de colectivo (hace más de 20 años); no tengo idea cuál sería la estrategia de subvención ni la utilidad que reportarían los boletos, para los miembros de la FATAP o del citado organismo, pero en este bendito país, todo fue posible. Lo cierto es que Willy y un par de amigos tan al pedo y afiebrados como él, consiguieron juntar la asombrosa cifra y se hicieron de la silla de ruedas que, debían declarar su destino en un lapso corto, debería entregada a un beneficiario que la necesitara... Como ellos no conocían a nadie, se subieron al 181 y, a la bartola, salieron a elegir dónde dejaban su contribución y, al llegar a Plaza Irlanda descubrieron el Policlínico Bancario. Cansados descendieron y debían atravesar la plaza desde Neuquén hacia Gaona, pero les había dado hambre y justo había un puestito de panchos, pero ellos no tenían un mango... Pensaron entonces que sería justicia, ante tan bondadosa acción, usar un cachito la silla para proveerse alguna vianda: Willy se sento, le pusieron una camperita a modo de frazadita en las gambas y babeando y balbuceando, tomo postura de contrahecho. Las gentes que pasaban le fueron dejando sus dádivas a lo que él, con ojos de agradecimiento replicaba UGG, ahhh, burrggg; unas monjitas lo besaron y acariciaron además de bendecirlo (rumbo al colegio Santa Unión, que luego tomaría triste celebridad por la chiquita Gimena Hernández y la oscuridad que aún vela su asesinato), lo que azuzó más la limosna de los paseantes... al calcular Willy mentalmente la recaudación, se levantó, agradeció y dió la mano a los transeúntes más cercanos y a voces avisó a sus amigotes que ya había comprado panchitos y cocas... A la carrera y vomitando el botín ingresaron a la seguridad del hospital, perseguidos por la turba indignada, y debieron esperar audiencia con el Director para formalizar la donación; mientras tanto Willy, que se había encariñado con la silla de ruedas, pidió permiso a unos enfermeros y aullando se mandó unas picaditas por los pasillos y rampas del nosocomio amenizando el reposo de los agonizantes... tras la tarea cumplida, un patrullero de la 13° los trajo de vuelta a Floresta...
  • Patriarca de los Despojados: Muy pronto aprendió Willy los secretos de la telefonía y el coaxil, ayudando a su amigo Rolo, que se la rebuscó siempre con la electrónica. En un giro dramático y afortunado de su conducta, dejó de colgarse de pares ajenos para mantener extensas charlas con ignotos amigos del otro lado del globo; guardó las pincitas cocodrilo y se dedicó por las noches a reenchufar al cable y al teléfono a viejitos y pobres del barrio que habían perdido el servicio; de estas andanzas nació su amistad con los gatos (tiene 7) y su odio hacia los perros (motivos obvios).
  • Animador de pobres corazones: La barriada de Floresta, de clasemedia chota, fuertemente golpeada por la crisis, cayó en gran depresión en los últimos años; la alegría de los vecinos quedó preservada por Willy, que montado en su playera, recorre las calles del barrio con su gorro de goma con cuernos de vikingo (que alguien le trajo como souvenir de la hinchada noruega, cuando el mundial USA '94), tocando su corno de cancha alemán de fuelle a mano y tres bocinas; para navidad usa gorro de¨Papa Noel y entona diversas melodías que, dada la pobreza polifónica del instrumento, todas se parecen al bramido de cien alces en celo. Los niños corren alborozados tras él y algunos ancianos mueren por fallos cardíacos a la hora de la siesta. Este hábito le trajo la enemistad con el "Hombre Montaña", otro personaje de Floresta (Mario), conocido por este mote por sus dimensiones de Catcher. Resulta que este buen señor, luego de un par de intentos de suicidio y otros tantos de homicidio (de su mujer, por ejemplo), guarda reposo y cura de silencio lleno de fármacos en el altillo de su casa, habitualmente periciado por el psquiatra de la 43°; la desgracia es que su hogar queda en el trayecto del alegre y sonoro recorrido de Willy; circunstancia que a puesto prueba al vecindario, para evitar la confrontación (que sería como meterse en una pelea de rinocerontes) o la internación definitiva de ambos vecinos que, al fin y al cabo están solo un poco más locos que el resto...

Dejando para futuros posteos más sobre la vida de Willy, diremos que el usa dos mudas de ropa: uan para invierno y otra para verano (luego las usa de corrido, incluso para dormir)y que hace bastante tiempo (al igual que Gomera), abandonó a su dentista (y se despidió de muchos dientes). En cuanto a su vida con la farándula, diremos que es plomo estable de "Cuarto Espacio" y ha tabajado para Erica García, Antonio Birabent, Javier Malosetti y otros; por ser tan amigo de Dolores Barreiro, no se pierde desfile (el va como mascota oficial) siempre atrás de las esencias a estrógeno y progesterona que emanan de cuanta pasarela se le presenta. Aquí los testimonios gráficos. ¡Hasta la vista babies!




Willy se afeitó , se hizo pasar por trabuco (puajj) y se fue a Buenos Aires News, a ver qué pasaba... se encontró con Moria...



Con la Callejón...



Y se quedó con Mario Sánchez!!



La vida frívola y alocada de Willy: aquí con Nicolás Pauls peleándose por un poco de líquido refrigerante

Acá ya aprendió y se safó en un rock picnic a esta Daniela o Marcela... es una pendejita que laburó en la tele creo.




En esta le roba una foto y una sonrisa a la Klosterboer, en la puerta de la casa Camisani/Barreiro, temprano y al natural...



En la intimidad, con su amiga Dolores Barreiro compartiendo la felicidad de su último embarazo...



Claro, y ser amigo de Dolores tiene sus ventajas ¡Mirá el pajarito Ingrid!, le grita Willy a la Grundke (no sé si se escribe así) y después la visitará en el vestuario como a las otras chicas... o chicos.


Y acá, mientras canta con Dany Ferrón (otro hijo de Floresta), Willy nos mira con alegría pueril y nos dice: yo soy solo un pibe de barrio, pero me arrastra mi belleza (interior) y se va a abrazar a Malosetti, su ídolo.





Ya conocen más de la primera gran leyenda urbana de empedrados, algún día una calle de Floresta, una plaqueta en alguna plaza llevará su nombre. Por ahora Willy tiene para este año un sueño y un proyecto: sueña que le devuelvan la 12/70 recortada que compró con otro pedazo de animal en el fuerte y el papá se la vendió (hace unos años) cuando unl 1 de enero luego de la quema del muñeco que religiosamente congrega al barrio en Morón y Carrasco, le dió masa a unas 200 botellas de sidra y champagne que alineo en el techo de sus vecinos. En cuanto a su proyecto, está ahorrando mucho para, el día de su cumpleaños en la próxima navidad, realizar su salto de bautismo en paracaídas; se dice que muchos vecino están haciendo una colecta paralela para comprarle el paracaídas ACME al Coyote del "Correcaminos"... ¡Bip! ¡Bip!

sábado, febrero 18, 2006

Piedras muertas ("Son aquellas pequeñas cosas...")

Las imágenes que hoy traemos para compartir, son ausencias... festejadas o añoradas, ya no están. Se trata de hitos que jalonaron estos empedrados, tu vida, la mía, o la de nuestros ancestros. Estas construcciones, su rol en nuestra sociedad, su proyectualidad, su diseño, su funcionalidad, sus mitos y leyendas; fueron una presencia cotidiana para alguna de las generaciones de los que aún estamos vivos. Forman parte de una historia más o menos reciente y solo se comprende la fuerza y el dramatismo de su ausencia, cuando volteamos y no nos terminamos de convencer ni de aceptar el fin de esas omnipresencias... es que posiblemente se han llevado algo nuestro... o mucho; ni siquiera por tener que ver con nuestro tránsito, solo por el simple hecho de recordar qué hacíamos cuando allí sucedió algo o a dónde nos dirigíamos cuando desfilábamos ante sus veredas o sendas. Hoy, son solo recuerdos para chamuyar a los pibes cuando nos agarre la chotera. Algunas de éstas son mis ausencias otras quizás las tuyas y si no lo has vivido por tu juventud... ¿cuáles pensás que serán tus piedras muertas?




Vista desde la Plaza Britannia hacia el sur, son fines de los años '30. Catalinas Norte no existe, en lugar de sus rascacielos solo hay aire del río; a lo lejos se ven los techos del palacio de correos y a su derecha el edificio Comega, cuyo restaurante en el último piso es una atractiva alternativa dado que brinda una panorámica que alcanza hasta la costa uruguaya del río. Donde hoy se halla el Sheraton (o la torre Techint) vemos al predio del Parque Japonés, primer gran centro de atracciones electromecánicas del país. Ya sufrió un devastador incendio en el '10. Luego se quemó su magnífica montaña rusa, cuyo centro era una réplica del volcán Fujiyama y de donde surgían los carritos en caída libre... se lo cantó en letras de tango ("Garufa") y fue durante décadas un lugar de recreación y emociones para casi todos los porteños, hasta los más humildes.

En los primeros años del siglo XX, el ferrocaril del oeste (línea Sarmiento)tenía un ramal que, abriéndose desde un andén de los talleres de Liniers y después de una prolongada curva, corría por lo que hoy es la calle Irigoyen hacia los barrios de Versailles y Villa Real, llenos de chalecitos de trabajadores del ferrocarril, muchos petit hoteles de empleados ingleses; que estaban separados por extensos pastizales y quintas de los incipientes nucleos de lo que hoy es Devoto y Monte Castro.
El trencito que corrió hasta entrados los '50, trasportó hasta 7000 pasajeros diarios por aquel ramal. Sus estaciones se mantuvieron en el tiempo y, hasta los primeros '90, en el predio que comenzaba en Tinogasta e Irigoyen, se hallaba la antigua estación Villa Real, que se utilizaba como predio de estacionamiento de omnibus (bondis); el lugar estaba tapiado, frente a la gran iglesia y escuela evangélica ECEA. Hubo múltiples promesas de convertir el solar en un sitio histórico/cultural y restaurar la estación; pero como todo lo ocurrido durante la década ultrainfame, se vendieron los terrenos a manos privadas (en dudosas transacciones durante la intendencia de Grosso y, al igual que donde se hallaban los simuladores de vuelo de Aerolíneas Argentinas (frente a la plazoleta de Ceferino Namuncurá, en Versailles), se construyeron complejos de pequeños barrios cerrados...
El esqueleto de hormigón de más de 10 pisos de altura de lo que seguramente se iba a constituir en el mayor complejo hospitalario pediátrico de latinoamérica, testimonió, como otras obras públicas abandonadas, que la "Revolución Libertadora" y los sucesivos gobiernos gorilas que prosiguieron su cruzada antiperonista, no solo cometieron imbecilidades como la de prohibir la mención del nombre del líder justicialista, sino actos más irracionales (además de los criminales), como los de abandonar todo emprendimiento del gobierno de Perón sin importar su grado de beneficio y viabilidad ni su etapa de ejecución (en realidad, para la lógica conservadora era un acto racional que retrotraía las cosas a 1930). Con el tiempo, el complejo de dos gigantescos edificios de varias alas, se convirtió, en el corazón de las barriadas de la Agronomía y Paternal, en una villa miseria vertical de las más promiscuas, donde centenares de desplazados sociales por las distintas crisis económicas y sin techo, se mezclaban con habitantes de villas ya consuetudinarios que encontraban más tentador este sitio y con muchos malandras que lo usaban de aguantadero, así como de marginales que destrozados porla droga o el olvido se apiñaron en la más estigmatizante de las miserias y suciedades. La supuesta caducidad de sus estructuras para ser terminadas, la preocupación de lso barrios burgueses por esa infección en su corazón, la misma desesperación de los hacinados a cielo abierto, firmaron la sentencia de muerte: ávido de nuevos negocios, el intendente Grosso implosionó los edificios en 1991. Los habitantes (o parte de ellos) fueron ubicados en un barrio superprecario construído al efecto (e insuficiente en cantidad de viviendas), que pronto se mimetizaría con las extensas villas miseria del lugar: el "Ramón Carrillo" (pobre ministro, se habrá revuelto en la tumba de la impotencia). Pocos podremos olvidar todo lo que significó la visión del fantasmagórico complejo: despojos de lo que pudo ser y no fue. Hoy usufructan el lugar el grupo económico Carrefour y su par Cencosud, a cambio de algunas monedas y una escuela comenzada luego de varios años de dividendos en el 1 a 1...

Cuántas emociones de ojos de niños, cuántas "rabonas", cuantos besos robados, cuántas noches de diversión compartidas con la muchachada. Heredero del Parque Japonés, el Ital Park (en los terrenos que hoy ocupa el Parque Thais -por el arquitecto/paisajista que tantas obras realizó en Baires); volvió millonaria a la familia Zanón y se convirtió, por décadas, en el centro de diversiones más importante de la ciudad. Soportó el desafió del mejor momento de Interama/Parque de la Ciudad y se renovó con frecuencia hasta pasados los mediados de los '80... Otra vez el estigma de la década ultrainfame: el deterioro del poder adquisitivo, el relajo en los controles de seguridad, la coima... la tragedia del "Matterhorn": junto con el vehículo de aquella atracción (que costó una joven vida), volaron todas la prevendas que, durante tantos años habían mantenido a los hnos. Zanón, en la conseción de uno de los predios más privilegiados -por su ubicación- de la ciudad de Buenos Aires. Hoy es un espacio verde más, un poco insulso, en un lugar donde ya existían extensos espacios verdes... la sensación de vació en Callao y Libertador, es grande para varias generaciones.
Frente al Botánico -una de las creaciones de Thais-, en Plaza Italia, se hallaba esta estación de tranvías que perduró mientras estos rodaron por la ciudad, o sea, hasta que el primer gran depredador de los raíles (Frondizi, solo igualado y superado por Menem), les bajó el pulgar por considerarlos obsoletos, ruidosos, obstaculizadores del tránsito y peligrosos (no como los giles de muchas de las grandes ciudades del primer mundo, que no se avivaron que el futuro de la solución de esos problemas era el bondi!). Hoy en día en ese lugar, se levanta la sucursal de la zona del Banco de la Nación Argentina.
La infame cárcel de Las heras. Sobre la Avenida homónima y entre Coronel Díaz y Salguero, se levantó esta gayola hasta 1962. Un grano de pus en el barrio de Palermo (como la U2 para devoto); tuvo entre sus pupilos célebres a Santos Godino ("el petiso orejudo") y aquilató célebres fusilamientos como los del joven anarquista Severino Di Giovanni y el Gral. Valle. Su ausencia, en este caso, es una brisa de aire fresco. Ocupaba casi con exactitud los terrenos de la actual Plaza Las Heras, mucho más saludable para el barrio, sus vecinos y transeúntes...




El viejo gasómetro (1916-1979), corazón de los cuervos en el barrio de Boedo. Hacia fines de la década del '30 albergaba 75.000 espectadores e inauguraba su iluminación oficial, por lo que fue sede de partidos de la selección nacional en numerosas ocasiones. Claro, sus alambrados y tablones -que depararon más de una desgracia- precarios para semejante convocatoria; la mala administración del club y su casi quebranto, llevaron al desguace al estadio (así denominado en los veinte por su parecido con los gasómetros de fuelle) y a la posterior venta del predio, con gran dolor para los azulgranas que, durante casi quince años, sufrieron el destierro y el gaste de los rivales por su condición de parias. Hoy se alza en el predio, como todos sabemos un hipermercado (caramba, otra vez Carrefour!) y, más allá del histrionismo del personaje que muestra, no alcanzo a imaginar lo que habrá sentido Sanfilippo cuando parado frente a una góndola le dijo a su mujer: "ves, vieja; desde acá lo emboqué a Roma y le ganamos a Boca"...

jueves, febrero 16, 2006

Empedrados que duelen II: Tristes recuerdos de cuando jugamos a ser Dios

En la jungla de piedra, metal y sintéticos

Un buen profesor, nos preguntaba -no hace mucho- sobre la antinomia nuevo/viejo, sus aparentes rupturas y sus menos evidentes continuidades. Una de sus reflexiones favoritas era que nuestros hábitats (estos empedrados urbanos), se han trazado según las necesidades del tránsito de vehículos en los que se desplaza el hombre y no en base a las necesidades del hombre mismo, que se ha confinado a las sendas que le sobran a la libertad condicional de movimientos que él mismo ha impuesto... La reflexión continuaba y nos componíamos a un habitante de la más "obscura" de las épocas de la Edad Media y a los peligros e inseguridades que a cada paso lo acechaban (en cada bosque, en las noches, en sus travesías, en sus propias glebas, frente a la enfermedad y los fenómenos naturales, la "brutal hostilidad y el imperio del instinto animal en el hombre"(según el tío Hobbes) y los mismos animales y acechanzas de la naturaleza y demás congéneres bárbaros... Luego nos transladábamos al presente, donde nos distendíamos a salvo de los elementos, los bárbaros y el azar.
Las imágenes y recuerdos que siguen tienen tienen por objeto repensar lo etéreo de esa sensación de seguridad y las nuevas junglas, trampas y demencias que hemos creado en nuestro mundo, con las que juegan los dados de hielo y acero del azar , donde lo que subyace es la eterna fragilidad de ese milagro: la vida...
Cantó Sting en su "Fragilidad", con motivo de Malvinas: "...acero y piel, combinación tan cruel..."; pensando en las 194 vidas que, ayer nomás, se consumieron en una de esas tantas trampas modernas; donde los juicios políticos y las interminables cesiones de interpelación de responsables no terminanarán de llegar a la pavorosa realidad: vivimos al filo de la catástrofe, porque jugamos con elementos que hacen del hombre un muñeco frágil... un muñeco roto. Kathrina nos demostró que las hecatombes no son privativas del tercer mundo y que todos en esta aldea global, "lo atamo´con alambre": se imaginan si el Challenger o el Discovery hubiesen sido made in Argentine?...


Primero de Febrero de 1970.
El "Estrella del Norte" convoy mixto procedente de San Miguel de Tucumán, con dos máquinas y vagones mosquito; se en cuentra en cercanías de Benavidez (entre Escobar y Maschwitz) con otra formación detenida en su misma vía. Son las 20:30 pasadas. El tren detenido también es de pasajeros, cubriendo Zárate-Retiro, no existe tiempo de frenado virtual: la noche y cierta bruma no ayudan, ¿las señales? banderillas mecánicas supongo con ojos de gato, poca cosa para las miles de toneladas de un tren lanzado a 120 km/h... Resultado: 237 muertos en la moledora de carne y metal, más de mil heridos, muchos con mutilaciones. Posiblemente, luego de lo del "Belgrano" (acción bélica), la peor hecatombe que bañó de sangre estas costas a partir de la segunda mitad del siglo XX.

Foto histórica y escalofriante, está tomada en 1995 sobre un asfalto un poco lejano: el playón del aeropuerto de la ciudad de Formosa. ¿Los reconocen?


El 737 de Lapa es LV-WRZ: pasó a la historia el 31 de agosto de 1999, cuando no quizo abandonar el suelo porteño y le dejó una cicatriz perpetua a la Costanera Norte y al alma y cuerpo de tantos compatriotas ("Che, suenan todas las alarmas" -le dijo el copiloto al comandante Wengel- "No te calentés y dale gas que hace siempre lo mismo..."); crónica de un desastre anunciado... ; el MD80 de Austral, es el que se mandó el clavado mortal desde un cirrus a 10.000 metros, cuando en la primavera del '97 venía hacia la Reina del Plata desde Posadas, por un malafamado callejón de tormentas: su recuerdo material más importante cabe en la palma de una mano. Entre los dos (67 y 74 muertos respectivamente), suman las dos peores catástrofes de nuestra aviación civil.

Pese a lo trágico de los acontecimientos que recordamos hoy, todos llevan la impronta de ese componente grotesco, inconsciente hasta la insanía, asesino-suicida; que a caracterizado a generación tras generación de nuestra sociedad. Cuando conseguimos educarnos en algo (en el mejor sentido de "educación"), a no ahogarnos por decenas en los veranos de los '70, por ejemplo,; aparecen nuevos vicios y demencias. Semana Santa 1992, a la playa ¡Dale gas! y el chofer de Micromar venía a 140 km/h en la niebla que caracteriza las madrugadas de la Ruta 2: visibilidad cero. Aplasta a una pobre familia que prudentemente venía a 60 km/h buscando una banquina segura (a la altura de Gral. Vidal), en un Fiat 128. El auto -bajo el mastodonte - estalla y el micro de dos pisos se incendia como en los dibujitos animados: de un fogonazo: todos los materiales con los que está hecho son altamente inflamables. 39 muertos en el micro, 4 en el auto... (solo superado por otro par de bólidos, el de Catamarca (2002), con más de 47 muertos , sin freno y por sobrepeso -en una peregrinación-) y los torpedos de Santo Tomé (Corrientes), que en el '97 chocaron de frente (dos , un meteoro): 57 muertos. El accidente de Micromar fue paradigmático pues significó que de una buena vez comenzara la construcción de la segunda mano de la Ruta 2 (la más transitada del país).




Otra de trenes... Año '81 (fecha y detalles cliqueando la foto), sale bien de noche "El Luciérnaga a Marpla), la bruta GM que lo empuja lo lleva a más de 120 km/h (eso en las vías argentinas es como poner al TGV a 600 km/h); un carguero chancho que va hacia el mismo sentido, descarrila un vagón a la altura de Brandsen, casi veinte minutos antes; el tren desengancha los vagones descarrilados ¡Y sigue para avisar!!, en los varios vagones, queda un guarda (el del furgón de cola); cuando advierte que se acerca el tren de pasajeros (no tiene un Handie, no existen los celulares, ¡No le anda bien la linterna!!!), sale desesperado con una lámpara de petroleo a hacer señales (!) corriendo hacia el luciérnaga, como una luciérnaga más... 34 muertos, varias decenas de mutilados y van...

Ah, el heroico vapor de la carrera, que durante más de cien años unió ambas costas del Plata... Bueno, no vamos a mencionar las tragedias decimonónicas porque por la precariedad de medios eran moneda corriente. Año 1963, 10 de julio; el Ciudad de Asunción, con centenares de pasajeros y tripulantes, viene raudo de Montevideo hacia los empedrados de la Dársena Sur. El cruce, como siempre, se hace durante la noche y, como en muchas noches de invierno donde la temperatura del aire es más baja que la del agua, reina la niebla. El radar del barco anda peor que un juego que tuve de chico y se llamaba "Cerebro Mágico", los baqueanos -que lo traen al palo- navegan de olfato nomás, el capitán no está en el puente... siguen de largo la boya del km 81, se salen del canal principal y se tragan un casco hundido que despanzurra al barco. El capitán, ahora a full, lo lleva desesperadamente a aguas menos profundas y deja que se asiente derechito en el fondo... todos a las cubiertas altas, solo hay que esperar el rescate! Como no hay luz, los pasajeros prenden un fasito, o se hacen antorchitas con diarios para recuperar cositas de los camarotes; no advierten que el tufo que sienten es el fuel oil naval (petróleo) que rezuma de las sentinas... chispita y ¡flum! se prende como la antorcha olímpica todo el barco. Se tiran al agua helada los que saben nadar y los que no... 63 muertos.



Primera Guerra del Golfo, el Turco se hace el boludo y manda Fragatas y tropas en contra de su propia sangre: voladura de la Embajada de Israel (abril 1992, 30 muertos, sin precedentes en Argentina)... No le alcanza, sigue a full las relaciones carnales y contribuye al bloqueo de Irak: canuto cañete los hago volar al ojete, dice el Ayatollah de turno y, ayudado por los asesinos dementes de acá y allá vuelan la AMIA en Pasteur al 600 a las 10:58 hs. de un lunes a la mañana, es el 18 de julio de 1994 y se convertirá en uno de los episodios más infames de nuestra historia (como si hubiera pocos) en democracia formal: 86 muertos.

Cárcel de Villa Devoto. La U2 (Contraventores y Encauzados), es en realidad una gran ranchada donde se mezclan algunas de las peores lacras de la sociedad, con cientos de perejiles y ratones que no pueden pagar una fianza de 500 mangos por un delito menor y que, saldrán convertidos en nuevas lacras o cadáveres... Esta gayola ostenta el privilegio de los motines más sangrientos que se recuerden (peores por la violencia que el de Sierra Chica). Ya tiene en sus espaldas el de 1962 (9 guardias y 14 presos, todos masacrados atrozmente), que conmocionó al barrio; cuando por la bestialidad del trato y las condiciones de confinamiento, se amotinan los reclusos del Pabellón 7, sobre la calle Nogoyá. Es el 14 de marzo de 1978 y los chabones saben que la represión va a ser sin joda: no hay derechos humanos que valgan; no se les ocurre nada mejor que tapar el acceso a la perrera con colchones e incendiarlos: 70 muertos, convenientemente carbonizados (la balacera era tan fuerte, que los vecinos pensábamos que el helicóptero que sobrevolaba el pabellón de piedra estaba artillado)...

Madrugada del 12 de Julio de 1930. Casi 70 trabajadores de la carne van en el coche 102 de la línea 105 de tranvías, desde la capital a los frigoríficos de Avellaneda y Dock Sud; la niebla es intensa (esas nieblas casi londinenses que ya no se ven en los inviernos porteños, señal inequívoca del dramático cambio climático que quitó rigor a nuestros inviernos, marcadamente en los últimos 20 años). Al llegar al Puente Bosch (pequeño junto al del ferrocarril Roca) -no al desaparecido Puente Luis Sáenz Peña, a la altura de la Av. Patricios, como creen muchos-, el motorman no advierte las luces ni la campana que indican que el puente está levantado para el paso de una barcaza; cuando se da cuenta, tira de la manivela de los frenos, pero éstos están tan gastados que no pueden parar al pesado carromato: el tranvía cae al Riachuelo (pesadilla de las peores) y 56 laburantes mueren ahogados en esa mierda.

Otras efemérides tremendas
Verano 1949/50, un camión con muchachada del barrio de Villa del Parque, sale de Pic Nic (muy usual en esa época que se usara un camión para llevar a la gente junta y gratarola); la idea es pasar un día en el río (el Río de la Plata era un lugar para refrescarse todavía). Casi llegando, en una pendiente de bajada a la altura de la Estación Barrancas del Ferrocarril Mitre (hoy Tren de la Costa), el vehículo se queda sin frenos y al romper las barreras bajas lo embiste una formación: carnicería de más de 50 muertos, que enluta las calles Nogoyá, Bahía Blanca y aledañas.
Diciembre de 1961, Floresta, en la calle San Blas se derrumba un edificio de 7 pisos; causa: materiales de cuarta y construcción improvisada (estos derrumbes tuvieron cierta frecuencia hasta los primeros '70 (en el '73 un milagro no produjo un desastre de muertos, cuando se derrumbó sobre una estación de servicio Esso en la madrugada, que estaba despoblada y el sereno salvó milagrosamente la vida, el edificio de la esquina de Caseros y Boedo, en Parque Patricios, días antes de su inauguración; forma parte de un pequeño complejo de tres o cuatro edificios y éste, se destaca por ser su fachada distinta -hoy en día prevalecen las cicatrices-); la tragedia de la calle San Blas, dejó 16 muertos.

1957, año trágico:
23 de enero.- Temperatura récord en Buenos Aires: 43°3c (reales) jamás se repitió la marca y no se medía la sensación térmica. Poco se sabía del golpe de calor o los riesgos de la deshidratación: 20 muertos y 68 insolados con golpe de calor.
27 de Agosto.- La peor del Vapor de la Carrera; zarpa el Ciudad de Buenos Aires (111 metros de eslora, hermosa nave construída en 1911) de Dársena Sur hacia Salto; al llegar frente a la isla Juncal, en la desembocadura del Paraná Guazú, con visibilidad cero por niebla, lo "emboca" al medio el Mormarcksurf , carguero yanki tipo Liberty de 152m y casco de acero. El viejo vapor se hunde sin luz ni propulsión, en 19 minutos: 93 muertos entre ahogados, atrapados y por hipotermia; heroico comportamiento de la tripulación. El desastre, presumiblemente culpa del buque gringo (que ayudó de inmediato) revela las desastrosas condiciones de precariedad de la navegación por estas aguas, que se verifican hasta hoy en día (hace unas semanas, un pesquero de altura embistió al ferry Eladia Isabel y lo dejó al garete, el buque de mayor porte de Buquebus). El antiguo vapor, con 17 metros de agua sobre su quilla, aún muestra los despojos de sus mástiles con la bajante, para asombro de los que navegan por el canal principal.

29 de Diciembre.- Un DC4 de Aerolíneas que parte del aeroparque con destino a Bariloche, se incendia y cae en Bolívar (Bs. As.): 61 muertos

Año 1985.- Invierno, :45 de la madrugada, un bondi de la línea 620, repleto de obreros, cruza la barrera manual de Pvcias. Unidas (hoy Brig. Gral. Don Juan Manuel de Rosas)y las vías del Sarmiento (Haedo-Mármol), que forma una curva cerrada a ambos lados; sorpresivamente y a velocidad, aparece la "Chanchita" (así se conocía al cochemotor FIAT que hacía este trayecto): 56 muertos, una carnicería sobre la calle lateral donde se alinean los cadáveres. El guardabarreras se había quedado dormido... ¿sobrecarga de laburo? ¿la mona?, el pata de fierro te pisa solo una vez. Un par de años después (costumbres argentinas), se repite la secuencia en el cruce con la calle Catamarca y arrolla a un Mercedes 1114 de la 174, los muertos son solo 4 porque iba vacío...

2 de Noviembre de 1986.- Fuego a bordo del pequeño aliscafo Flecha del Litoral, a la velocidad que va, se quema como una y se hunde como una piedra, hay 4 muertos; años después, una lancha de Cacciola, convenientemente para los aseguradores, el casco nunca aparece...se hundirá con un contingente de jubilados sobre la misma ruta (hacia Carmelo, desde Tigre esta vez), dejando 12 muertos entre los gerontes.-

23 de junio de 1968.- Termina un aburridísimo River-Boca en el Monumental; Rojitas le escondió la gorra-cábala a Carrizo antes del partido y el arquero se burló sentándose en su campo en el segundo tiempo, ante la pasividad de los delanteros boquenses; podría haber sido la anécdota de un domingo divertido, pero no: la gente puja por salir y la puerta 12 está cerrada, se produce una avalancha, los cuerpos caen y son pisoteados, otros son aplastados contra las rejas; resultado: Muertos 71 - Organización 0





Día de barbarie impune: 16 de junio de 1955, la escusa de los futuros genocidas: -Massera y Acosta entre otros- es atacar a Perón en la Casa Rosada; el objetivo es brindar una de las primeras demostraciones de un terrorismo atroz contra la gente indefensa, que debería haber alertado a futuro. Entre otros "objetivos", una bomba alcanza de lleno al un Trole de la línea 105. Un día de infamia, el bombardeo a Plaza de Mayo deja al menos 364 muertos (es la cifra histórica má aceptada, pero también la más baja) y 800 heridos.



Un día que empaña las miradas: 2 de Mayo de 1982. El Crucero Gral. Belgrano (según la Revolución Libertadora; "17 de Octubre" fue el nombre con el que lo bautizó el gobierno peronista, cuando en 1951 el ex Phoenix de la U.S. Navy se incorporó a la flota de mar), se vuelca hacia su tumba helada, herido de muerte por el submarino nuclear inglés "Conqueror". Como fruto de una demencia aventurera, en la que la Armada Argentina tuvo mucho que ver, 323 hombres perecerán en sus entrañas, en el helado mar o luego de una piadosa agonía. Son 323 huellas que jalonan los empedrados de casi todo el país (solo la Pvcia. de Santa Cruz no tuvo que lamentar la pérdida de ningún hijo en este suceso)... son 323 ausencias que prestaron su memoria colectiva, para dar nombres a avenidas, calles, estaciones, plazas... nuevos empedrados. Nuestro querido Claudio Grosso de Ciudadela nos dejó un hueco insondable con tantas ganas de vivir, tanta bondad; tanto se había encariñado con su nave que ya no regresó... un abrazo, efímero amigo.

La Reina del Plata vista por un pájaro(n)

Hace un tiempo tuve la oportunidad de viajar al sur en avión en un día maravilloso (lo que algunos llamaríamos "un día peronista")...