miércoles, septiembre 27, 2006

Msj d txt


Si no tenés teléfono, si no te queda crédito para mandar un SMS, si lo de escribir cartas no es lo tuyo y si las postales no te alcanzan. Si el pasacalles te parece una boludez, el aerosol algo caro (y arriesgado...), el humo te gusta por su olor y no para señales o nunca pudiste aprender el código Morse, el Gobiero de la Ciudad de Buenos Aires pone a tu disposición 30.000 tachos de basura para que digas lo que quieras.

Y no me digan que esto no es "Actitud+BA"

martes, septiembre 26, 2006

Nuevo Glosario Porteño I (Lenguas vivas)

Primerear (ventajismo) Sorprender arteramente o con viveza rayana en el juego sucio o desleal, cualquiera sea la acción o confrontación, cuando se advierte que el rival "se durmió", es un ganso o se comió la gayetita del fair play (ferplei). Cuando la acción sorpresiva se traduce en un cabezazo alevoso y sin preaviso que zanja una disputa verbal, se lo conoce como Tucumanear.
Gato (trampismo) Gato, Toga, Yiro, voz pícara para identificar a las mujeres que se dedican al oficio más antiguo del mundo; usada con mayor énfasis para aquellas que simulan otras ocupaciones y se la tiran de grandes señoras a la vez que se tiran veinte ñatos por turno. (Neochorrismo) Vocablo entre delincuentes para insultar a los agentes del orden (yutas, ratis o polis) común entre "ex privados de la libertad", que significaPUTO entre presidiarios de hoy.
Flashear (alucinogenismo psicodélico posmoderno) Acción de verse conmovido, electrizado, cacheteado, sobrepasado, sacudidopor algo o alguien. Expresión medio cheta, medio trola, de manifestar sorpresa positiva importante.
Pintó (reísmo vandálico) Se dio así; se presentó de esa manera; apareció la oportunidad; ocurrió que; se nos cantó el culo hacer tal cosa.
Sori (forrismo anglosajón) Modismo de los nuevos "white collar workers" o "azafatas de rascacielos" digamos clase media pedorra, que significa "Lo siento" o "Disculpá" a la hora de decirte "te voy a fallar" o "te voy a garcar" 0 "perdiste", vocablo del inglés mal aprendido y peor practicado de estos pelotudos.
Ya fue (pendejismo)Pasado de moda; que no se usa o se practica más; abolido; relegado a la insignificancia; caído en desgracia; obsoleto; objeto-hábito-persona relegado al mismísimo carajo con la rapidez de los tiempos que corren.
Trucho (vulgarismo habitual) Falso. Mala copia con rótulo original. Farsante. Berreta. Dícese de muchos productos de marca reproducidos y ensamblados sin licencia, componentes originales, control de calidad, control fiscal , control aduanero ni decencia en la hermana República del Paraguay.
Pete (ordinarismo infantil) Fellatio. Acción de succionar el pene descripta desde un vocablo de la niñez edípica de los amantes del sexo oral.
Natalia (canismo) Voz policíaca que describe a un sospechoso menor de edad de imputabilidad.
Travuco
(putañerismo) Refiérese al yiro que, habiendo natura traído al mundo varón, se esfuerza por aparentar ser mujer pero sin intención de engaño. Masculino de más de metro ochenta que, habiendo descubierto que el ganso le llega al ombligo, se lo mete en el ano (que es el mismo recorrido) e invita a otros varones a hacer lo propio a cambio de especie; componiendo un fantoche de prostituta (con resultados que varían del gozoso asombro, al patético vómito) que además del arte amatorio, conoce la formación de Lanús.
Careta (asociacionismo) Asóciase al individuo que se hace pasar por lo que no es, que finge con descaro, que se hace el culo estrecho en ciertos círculos y se hurga las estrecheces del culo el la intimidad; falso y falluto que no esconde su descaro ante quienes bien lo conocen; sermoneros de todos los males que son pecadores de todas las ofensas y blasfemias; dícese del que se hace la víctima o el desentendido en cuanto le son remarcadas las tremendas cagadas que comete. Predicador que le dice al hijo "los jóvenes son una sarta de degenerados" y ante la pregunta del párvulo inquiriendo qué es un degenerado, le dice "cayate y seguí chupando".
Viejita (callejerismo) Apelativo, ya cariñoso, ya sobrador, con el que el reo villa villa se dirige a sus conocidos, o circunstanciales contertulios; no tiene relación con el sexo, la edad o la condición social del referido con dicho mote: para el dicente, todos son "viejita" maravilloso aforo que desarticula jerarquías, privilegios, amabilidades o protocolos; al que le cabe, bien y si no "bancatelá viejita" (término heredero del "qué hacé tío", con connotaciones cercanas al "brother" del slang afroamericano).
Díler (bajofondismo) Del inglés, pronunciación del término que significa vendedor, aplicada localmente a los traficantes que, en el último eslabón de la cadena de comercialización de la "merca" (falopa= sustancias prohibidas, drogas); o sea, al público, son los reducidores de la mierda fraccionada que llena los bolsillos de los peces gordos. Individuos que en pos de unos mangos fáciles, son los primeros nabos en quedar "pegados" y comerse varios años de gayola (tumba=perrera=cárcel).
Amigo (confianzudismo) Calificación con la que interpelan sujetos de traza vulgar y que no se han visto beneficiados por el tránsito por las aulas, a menudo amigos de lo ajeno, a menudo gente que está necesitada, cuando menos gente rea, de la calle; a cualquier desconocido que puede ser cualquier cosa menos -seguramente- su amigo; mote casi forzado para establecer un lazo que aleje al requerido de la idea de "aprete" y le haga sentir que para lo que se lo esté llamando, a priori, es considerado "amigo".
A voluntad (oportunismo) Expresión que precede a un mangazo (solicitud de guita), cuando se nos reclama el pago por algún servicio que no hemos solicitado, no está estipulado, por el que habitualmente no hay que erogar nada, y por parte de quienes no han sido autorizados para ofrecerlo y menos cobrarlo o a lo sumo exhiben dudosos títulos; por lo general también connota: "no te hagás el boludo con unas monedas" y definen voluntad como monto variable pero inapelable: "a poner estaba la gansa o te rompemo todo te rompemo". La "d" final no se pronuncia.
Chipá (culinarismo) Voz criollo-guaraní para designar a una confitura del litoral centro-sur de nuestro país (y del Paraguay), introducida en los últimos años en la Capital Federal con creciente aceptación. La masa rica en hidratos de carbono y grasas saturadas suele ofrecerse en forma de ovillo en un palito de madera, de bollitos o bocadillos, con aspecto de rosca inflada o de tortilla muy flaca , al estilo de las de harina de poroto mejicanas. Su preparación es en improvisados hornillos de lata y su venta sórdida, callejera, provista de toda falta de higiene y con la inocencia de quien no presume de tenerla, como muchos alimentos envasados con ostentosos cuadros nutricionales, que son veneno con buen packaging. Dicen que en la estación Retiro del Belgrano Norte el producto es noble y rico.
Pancho (vulgarismo) Voz de la barra para designar a cualquier otario, nardo, cero al as, güevón que se cree algo, boludo alegre, patético fanfa o último orejón del tarro. Entran en esta categoría los "nerds", "caídos de la rama", "verdes", "giles", "cagones", "donnadies" y tantos otros sistemáticamente descartados como "protagonistas", "notables", "referentes" o "dignos de algún respeto, atractivo o consideración"; ergo: un verdadero boludo alegre.
Ah, bueno (cancherismo) Expresión piola, langa, "viva" de target C1,C2,C3 (o sea clases medias altas y medias caretas), que denota sorpresa frente a lo inapropiado o imprudente de una acción o situación que le es relatada, o que es presenciada y a su vez comentada; de escaso valor semántico, tan hueca como "es lo que hay" o "bueno, nada"; latiguillos herederos de la más noble tradición de fonemas articulados para quedar vistosos, que el medio pelo choto de las masas urbanas pretenciosas de la consanguineidad con las plumas virtuosas y la provervial picardía criolla, ha forjado en los últimos treinta años.

lunes, septiembre 18, 2006

Viejas Postales Porteñas: Recuerdos del "Granero del Mundo" (Cualquier semejanza con la actualidad es pura casualidad...)

Muchas imágenes que rescatamos del pasado de nuestras calles se presentan idealizadas. Imágenes que se apartan del contexto del que fueron obtenidas o no nos hablan de las pasiones, luchas, rutinas, alegrías o cansancios que el colectivo social estaba experimentando por entonces: son postales donde la gente es parte del paisaje.
Para nuestra sorpresa, un análisis detenido de estas visiones, que en cepia nos asoman a épocas vividas por nuestros ancestros, no revela novedades significativas sobre las penurias y problemas que la sociedad de la Argentina moderna y contemporánea afrontó y afronta. Tras décadas de reivindicaciones populares y abroquelamiento oligárquico en sus privilegios, todo parece concluir en un lamentable ciclo histórico de semejanzas; y digo lamentable, porque más allá de cuestiones de forma (actores y métodos) si después de más de un siglo estamos en el mismo lugar, la única forma de quebrar esa realidad, que nos sume en la profunda angustia de la deuda interna, es el ejercicio de la memoria histórica y ya sabemos que es una asignatura que como pueblo nos llevamos recurrentemente a marzo... y nos aplazan.

Si después del unicato de Juárez Celman (un Ménem decimonónico) la Oligarquía capitaneada (a partir de Carlos Pellegrini) por representantes concientes de que el país rozó la quiebra económico social, por la depredación practicada por las facciones que se repartían los frutos de sus riquezas (con consecuencias que trascendieron nuestra frontera para hacer tambalear a algunas de las más poderosas bancas londinenses) se abocó a la tarea de remodelar la estructura social de los fallidos planes de la generación del '80; los gobiernos que se sucedieron entre 1900 y hasta 1930 consiguieron -en términos macro y ayudados por la coyuntura internacional- un crecimiento sostenido de la economía (según la distribución internacional del trabajo de los mejores manuales de los clásicos) que llevó al imaginario -que aún hoy subsiste- del país que ocupó el séptimo lugar en el ranking de las naciones de aquel entonces (¿cuáles serían las variables que construían aquel índice?); casi "una tierra de promisión", donde la prosperidad obscena de los ricos les llegaría a los pobres por un "lógico derrame de las utilidades", no era el Sultanato de Brunei, era El Granero del Mundo: aquel país en el que la mayoría de nuestros abuelos, bisabuelos o tatarabuelos, galguearon a lo loco, trabajaron con leyes de esclavitud, sin ningún tipo de justicia social, prevención de la vejez (a la que pocos arribaban enteros), ni salud pública, ni aspiraciones de esparcimiento, sin sábados ni domingos, sin derecho al pataleo; en una resignada existencia que comenzaba en el conventillo o la pieza compartida por muchos, la desdicha, la impotencia y el apretar los dientes para salir adelante; situación que desde una acomodada posición dentro de la nueva burguesía, hoy, nos enorgullecemos en embanderar, pero no siempre miramos en las vivencias del prójimo... pocos somos concientes que hasta el final de la década infame no hubo movilidad social y hoy, nos estamos encerrando en la misma trampa. No comprendemos el mundo de pobreza y marginalidad que nos rodea, solo somos capaces de concebir soluciones autoritarias, de esas que cíclicamente nos trajeron hasta aquí... no somos capaces de ver a nuestro pasado en los ojos de los nuevos pobres, los nuevos inmigrantes; entonces recordemos porque a 100 años vista lo único que cambia es el color en las fotografías...

"Villa desocupación". Enorme barrio de emergencia fruto de la crisis del '29. Su extensión era tal que abarcaba, desde Puerto Nuevo y Retiro, enormes descampados hasta las cercanías de lo que hoy es el aeroparque, en la Costanera Norte (curiosamente, sobre los terrenos que hoy ocupa la villa 31, pero doblando o triplicando extensión y población). Carente de todo servicio público o de salud, viviendo de la mendicidad, los rebusques, los comedores populares y refugios para dormir; miles de hombres y mujeres de decenas de nacionalidades que creyeron en el país, moraron entre las ratas bajo el reinado de la tuberculosis, pariente cercana del hambre y la promiscuidad. Muchos volvieron a sus patrias, muchos no pudieron y llevaron existencias miserables durante este período en que el "Granero" se desmoró como un castillo de naipes. Al igual que haría Videla en el '76; Justo ordenó demolerla en 1935, desplazando (sin importar su suerte) a sus moradores., quienes aferrándose a legítimos sueños la habían rebautizado "Villa Esperanza"


Mendiga (méndiga se decía entonces) cerca de la Catedral Metropolitana en un umbral de la calle San martín. En los comienzos de los años '10 (tras el fastuoso festejo del Centenario), esta mujer humilde y sin posibilidad de trabajo ni atención social, pide limosna para poder alimentar y dar cobijo a sus tres hijos.

Luigi de La Boca. "Atorrante" muy querido y conocido en el barrio de la ribera para la época de la Primera Guerra Mundial (ya sancionada la Ley Sáenz Peña, de la que seguramente no tuvo noticias). El atorrante era una figura muy de época; se trataba de pordioseros, sin trabajo útil ni capacidad de oficio para hacer changas que vivía, mejor dicho, sobrevivía de la simpatía que era capaz de despertar en el vecindario y la misericordia hacia su desamparo. A diferencia de los linyeras, las más de las veces alcohólicos y con problemas psíquiátricos de salud, los atorrantes eran una cruza de sin techo con mendigo que ha abandonado esperanza de una vida digna; lúcidos, tenían en común con los linyeras de fines del siglo XX el hecho que muchas veces se trataba de hombres jóvenes, a los que la intemperie, el sufrimiento, la humillación y las privaciones, habían convertido en viejos. Los hubo tantos que aparecían en las viñetas de Caras y Caretas , P.B.T. y muchos medios gráficos, como un personaje estereotipado, aunque no demonizado.
Olla Popular: a comienzos de los veinte las había casi de continuo y ojo, no era una representación en un acto político o medida de fuerza, en esta época de huelgas recurrentes en pos del fin de la explotación sistemática en los que la protesta social era colocada continuamente en la ilegalidad, con consecuencias trágicas para el proletariado, el paro significaba la suspensión de paga y el despido sin ningún tipo de remuneración: de los potajes que se llevaban en los recipientes dependía la alimentación de las familias obreras. Fueron frecuentes en frigoríficos, la zona portuaria, curtiembres, talleres metalúrgicos, etc.


Campamento de indigentes. El año 1900, el barrio: Saavedra. Los niños vestidos con improvisadas prendas de telas que iban desde el percal a la arpillera; tolderías al estilo campamento indio como asentamiento móvil (por si eran desplazados). Son familias inmigrantes que llegaron a estas costas con la ilusión de unas pocas tierras para trabajar. Pero los latifundios (como hoy), estaban bien delimitados.


Las típicas viviendas obreras de chapas de cinc, o a lo sumo de paredes de "gramsa" (mezcla barata de material con mucho polvo de ladrillo) techo de chapa y galería de madera; alternativa de los conventillos o inquilinatos en los barrios perisféricos. Calles de tierra, zanjones a modo de cloacas, baldíos, pobrísimos medios de transporte, ningún servicio público.


Desalojo con auxilio de la fuerza pública; postal recurrente de aquellos años de rentas draconianas por hábitats sórdidos, mugrientos, con baños compartidos por decenas y cocinas colectivas. Fueron no pocas las huelgas de inquilinos, rentable y nada reglamentada actividad para lucro de pocos uchas miserables y angustia de las miles de familias que, por lo errático del trabajo y exiguo de los ingresos vivían con la espada de Damocles de terminar con todos sus petates (pobres enseres) tirados en la vía pública. Había solidaridad entre los habitantes de condominios pero la vergüenza era como un estigma para gente que solo deseaba ganarse el pan y el techo. La propiedad privada, con la particularidad "arbitrariedad" de los teóricos pseudoliberales de nuestro país: derecho sagrado, el resto de los derechos humanos: veleidades de los bolcheviques o los decadentes socialistas europeos.


Maldita Policía ¿La bonaerense de Pedro Klodzik?, no, la Federal de Ramón Falcón. Un muerto y un herido asistido por un padre comprometido con la lucha social, que morirá camino al hospital ¿Kosteki y Santillán?, no, Besch y Reniskoff(más demonizables aún como extranjeros y señalados por la ley "Alcorta", barrera de ese nacionalismo de pureza de los valores criollos (¡?) que haría que nuestros abuelos morirían tanos, gallegos, turcos o rusos poque nacionalizarse era más difícil que ganar el "gordo de navidad"). La represión en tiempos de Irigoyen o de Duhalde: democracia formal, disciplinamiento social.

Conventillo Ruso -Calabrés de la calle Arribeños. Sí, en el paquete límite de Belgrano y Nuñez, el arroyo puede ser el Arias o el Vedia ¿qué importa? son los años locos, los años prósperos. ¿Cuánta sería la desgracia de estos expatriados para terminar así al otro lado del mundo? Sin voz, sin voto, sin otro rol que el de servir en un país pionero en abolir la esclavitud, al menos en los papeles. Sujetos a cualquier yugo por la necesidad, conviviendo con mafiosos y malandras de esa época que tentaban al resentimiento de sus hijos desposeídos; la escolaridad, la milicia, la nacionalidad iría haciendo lugar para esa nueva generación, disciplinada, fundamentalmente, en el agradecimiento perruno y en saber cuál era su lugar en ese mundo: Argentina país generoso...


Nos fuimos a los caños. Sí, tal como estos muchachitos hace cien años, cuando los caños de Obras Sanitarias de La Nación eran una alternativa mejor que la noche a la intemperie, niñez al sereno... Todo parece repetirse ¿no?, El país que crece, los viejos y nuevos ricos; las ordas de marginales y pobres... Se viene el Bicentenario, habría que empezar a repartir, porque por lo visto, el "derrame" no funcionó muy bien que digamos y para el 2046 falta mucho pero mucho tiempo, más que el que podemos esperar para recuperar la Justicia Social.

sábado, septiembre 16, 2006

Lápices


Arte Fotográfico: Carolina Butrón Avalos

Sacar punta
con un sacapuntas afilado
sacar punta hasta que no queden más puntas que sacar
no de a uno, sino de a muchos
lápices negros, lápices de colores
más largos, más pequeños
lápices que pintaban lienzos blancos
mañanas más venturosos
quimeras de adolescencias
luchas de septiembres
primaveras de sueños
Casi no niños
despertados de súbito
con sacapuntas afilados
con bastones marchitos
con balas irrisorias
con mentiras de muerte.
Por las calles diagonales
los adoquines ruedan teñidos de sangre
negros de duelo
tristes de ausencia
los llantos se lloran puertas adentro
los asesinos gritan goles a viva voz
los cerrojos permanecen cerrados
se aguarda en silencio
a que amaine la tormenta
pero los silencios gritan
silencios de vida
silencios de pensar para sí
silencios de otros silencios
abrazos de silencios
silencios de besos
silencios de palabras
memorias de silencio
memoria de olvidos
memorias de muertes
memoria de vida
lápices de Memoria.

G.B.

viernes, septiembre 15, 2006

Laburo orgánico

Así como la presencia de un cerrajero, un contador y un basurero nos parece imprescindible en la totalidad del universo, ciertos oficios sólo tienen sentido en las condiciones geográficas y socioeconómicas adecuadas.
El trabajo que voy a dignificar no se conoce en zonas agraciadas por los municipios. Para que trabajar de mierdero sea rentable se debe vivir en una zona que tenga un minimo indispensable de casas abandonadas por el sistema cloacal, es decir, una cantidad de pozos sépticos considerables; se trate de Buenos Aires, Córdoba o Rosario.

Del señor de la mierda, como lo llamamos en el barrio, se suelen acordar cuando las circunstancias apremian, el olor inunda los cielos aledaños y el tema está a punto de desbordarse; en ese sentido instante la cercanía de un camión atmosférico y el tipo de guantes y escatológico oficio tienen el mismo tenor paradisíaco que un grupo de niños cantores jugando entre alamedicos futuros.

Scalabrini Ortiz aseguraba que el hombre conciente de su carácter perecedero era más humano, porque tenía real conciencia del valor de la vida. En otra acepción de escatología, Marechal decía que el pedo nos libra de una solemnidad nociva, nos iguala y, al igual que su amigo Ortiz advertía con la muerte, nos humaniza.
Quizá conciente del verdadero tenor que tiene la materia que manipula, el mierdero se enorgullece de ser necesario; y muchos del barrio, al ver el camión que se aleja, saben que lleva encima una parte muy importante de su ontología.

jueves, septiembre 14, 2006

Desde que se fue nunca más volvió III ("Nada nada queda de tu casa natal, solo telarañas que teje el yuyal...")



La garita del policía de tránsito y el refugio en el medio de las avenidas, la foto del purrete canillita que huye siempre a ese pasado que por distante, siempre nos parece perfecto... idealizaciones que uno hace nomás; ya las hicieron antes y ya las harán después.



Avenidas pobladas de tranvías que por dos cintas de acero se fueron al olvido como decían "Los del Suquía" y lamentablemente el quizás un día vuelvas por ellas a rodar quedó circunscripto al par de coches comprados al Portugal a principios de los '90 por la Asociación Amigos del Tranvía y, que cada tanto, algún que otro domingo conduce mi entrañable amigo el Ingeniero Ernesto "querido dogor" Falzone, por los empedrados de Primera Junta sobre esas vías que han quedado para llevar los coches del subte a los talleres de la Estación Polvorines, en Emilio Mitre y Bonifacio. Acá también vemos garita y refugio, para las damas... Que lindo cantaban los cordobeses esos ¿eh? ... el canillita salta, en el estribo amigo, pregona "Los Principios" "La Voz del Interior"... ahh



Y justamente para que nuestra muy novel corresponsal mediterránea no sienta que descubrieron la pólvora, otro recuerdo porteño: el Trolebús. Tardó en llegar de Europa (donde había una posguerra pobre de carburantes), pero en realidad los primeros fueron americanos, marca Westram con carrocerías Wayne: bien toscos como todo lo que es transporte público en el país del norte, que casi es inexistente. Plateados de un aluminio brillante, con una franja azul pólvora bajo las ventanillas. Los que se ven en esta terminal son Mercedes Benz. Muchas líneas (como las actuales 152, 146, 37 y 34), explotaron esta herencia de la Corporación de Transportes de Buenos aires la empresa monopólica creada por ley del Congreso (de ahí la franja identificatoria); luego de liquidada la empresa y devenida en Transportes de Buenos Aires, para luego recalar en manos privadas, los gallegos y tanos componentes de estas nuevas sociedades los abandonaron en favor de los colectivos. La mayoría fue de origen alemán: M.Benz, Henschel, MAN los hubo Mack. A Perón se lo llamaba por el mote de trole, por los dos brazos el alto con que saludaba a la multitud, que semejaban las lanzas de toma de electricidad; hoy trolebús tiene otra connotación...



Y bueno, también pasaron al olvido los longilíneos y cuadrados Leyland ingleses, también de la "Corporación"; como éste que dobla en la esquina (aún sin ochava) de San martín y Tucumán:



¡Qué habrá sido de aquellos corsos de luces, música y alegrías no forzadas!, verdadera cara pagana de la ciudad, donde recios laburantes se pintarrajeaban y modositas aprendices de corte y confección devenían en felices bataclanas...



¡Y los bebederos de mármol! el placer de ese pico que extinguía la sed de tantas andanzas callejeras. Alguno queda como árido mausoleo de alguna niñez que ya no es, de muchos pájaros que han partido huyendo de una ciudad que no se detiene a mirarlos, que se maquilla de extrañas pinturas para ahuyentarlos... Hoy vi uno en Garay y Perú, en una de esas pequeñas plazoletas con rejas que tienen las extrañas esquinas de esta avenida en San Telmo: demasiado armadas; el farolito (con luz de sodio), el bebedero de adorno, casi, casi un ikebana para la postal porteña que solo engaña al gringo.



Son ausencias fuertes. Como el gasómetro (aún para los que no somos del ciclón) que lo imaginan al nene Sanfilippo mano a mano con Roma o Carrizo en la góndola de los lacteos...



Es esa sirena que acalló en Dársena Sur, cuando partió al recuerdo el último vapor de la carrera para convertirse en una cafetería flotante que recuerda épocas más prósperas, que invitaban al ensueño de ese cruce nocturno que regalaba un tiempo de reflexión y contemplación del Plata, nuestro río, ese que hoy surcamos casi sin percatarnos a puro vértigo, potencia y velocidad, corriendo, como siempre ultimamente, corriendo para no llegar tarde de donde tendremos que irnos rápidamente para no volver tarde...


Presencias ausentes de un tiempo que ya no está, reflejos que huyeron de cristales que atravesaron los años; vibraciones, latires, murmullos y alborotos que no se oyen más que en el ensueño de la nostalgia... Los reemplazan hoy nuevos habitantes de las calles, las plazas, los predios; parecen burdos y utilitarios como muchas cosas de los tiempos que corren, pero la realidad es que el tiempo no para porque nosotros lo consumimos y lo agotamos con avidez y con él, mucho de lo que fue tan nuestro como nosotros mismos: esos que ya no somos, esos que ya no seremos...


En el ojo ciego de una "Brownie Fiesta" quedaron las últimas épocas donde los reinados duraban lo suficiente para extrañarlos, hoy no hay tiempo para siquiera traer a la memoria el aspecto de lo último que nos sorprendió; no vale encariñarse, no sea cosa que quedemos obsoletos, al fin y al cabo, nuestra propia obsolescencia también está hoy programada...

Baires en cifras III (Flujo y Reflujo)


Nuestra gigantesca magalópolis se desarrolla en un imaginario semicírculo con un radio de casi 60 km. Hablamos de un área de unos ¡5.652 Km²!. En esta superficie deben transitar y moverse con versatilidad cotidianamente unos 14.000.000 de habitantes. Como en toda concentración urbana de esta escala y deshechando circunstancias de contingencia propias de la dinámica social (cortes, accidentes, protestas, reparaciones, etc.), se producen grandes congestionamientos de todo lo que se desplaza o moviliza: vehículos, aeronaves, trenes, seres humanos... No obstante, hoy en día, sorteando los nuevos peligros de la jungla urbana, todo el mundo termina arribando a su destino; la que sigue es una enumeración (vaga taxonomía) de la infraestructura que, en sus más de cuatro siglos de vida, ha desarrollado la ciudad merced a las necesidades de desplazamientos de sus moradores (o al menos algunas de las necesidades):
Existen 11 autovías consideradas autopistas: 25 de mayo, 9 de julio sur, Lacarra sur, Illia, Dellepiane-Ricchieri, Bs. As.-La Plata, Acceso Oeste, Acceso Norte (Panamericana), Ezeiza-Cañuelas, Camino del Buen Ayre, Gral. Paz.
Hay 7 puentes de importancia para cruzar el Riachuelo hacia la zona Sur: Autopista Bs.As.-La Plata; Nicolás Avellaneda; Nuevo Puente Pueyrredón; Viejo Puente Pueyrredón; Victorino de la Plaza; José Félix Uriburu (Alsina) y Puente de la Noria.
La Red Ferrovial urbana-suburbana se compone de: 43 estaciones de tren en Capital y 259 en el GBA; 85 estaciones de subterraneo y premetro en Capital (con 12 a 15 nuevas estaciones a inaugurarse en los próximos 4 años).

El Autotransporte de pasajeros se compone de unos 10.000 colectivos (omnibus urbanos), pertenecientes a unas 700 líneas que interconectan la totalidad de las localidades; a estos se le suman unos 2.000 omnibus, microomnibus y vans de transportes de escolares; 40.000 taxis en Capital Federal y unos 10.000 en el resto del GBA; unos 1.000 microomnibus y van privados de transportes de pasajeros y profesionales.
Solo en Capital Federal hay 3.200 calles y avenidas, repartidas en los 47 barrios y 25 parques que las contienen y enmarcan en un total de más de 12.000 manzanas.
A partir de la Capital, el conglomerado en circunvalado por varios anillos para sobrepasar la concentración de sur a norte o viceversa; el primer es el que ofrece la avenida Gral. Paz, que quedará prolongada en tándem en el patido de Lomas de Zamora con la culminación de las obras que convertiran al llamado "Camino Negro" (hoy Pte. Perón), en una continuidad de autopista de circulación rápida; el segundo y más ampli, es la Ruta 4 o el "Camino de Cintura", que cambia de denominaciones según municipios e incluso es en parte el camino del Buen Ayre; uniendo la periferia de Berazategui (nace en el Camino Gral. Belgrano o Calchaquí), con San Isidro el norte; el tercero es el que realmente evita toda la metrópolis y, moviéndose por los partidos ya rurales anexos al GBA (pero con importantes concentraciones demográfico-urbanas) une La Plata con Campana, pasando por Cañuelas, Luján y Pilar: el la Ruta 6.
Las vías de acceso y egreso típicas desde el centro de Buenos Aires son: Panamericana-Gral. Paz-Av. Lugones- Autopista Illia hasta 9 de julio desde el Norte;


Mitre, Pavón o Garl. Belgrano, bajado por autopista 9 de julio sur desde el Sur; otra alternativa del sur es la autopista Buenos Aires- La Plata, con accesos en Berazategui, Quilmes y Sarandí; desde el Oeste hay varias rutas: el Acceso Oeste y la autopista 25 de mayo, hasta 9 de julio o Huergo (que permite el enlace con la autpista Buenos Aires-La Plata, pudiéndose pasar de Luján a La Plata sin bajar en Capital; Otra vía de acceso es la mismísima Av. Rivadavia, que con sus 60 km de extensión (la más larga del mundo según Guiness) permite acceder desde Luján hasta Primera Junta, donde la opción es Rosario, Hipólito Irigoyen para llegar a Plaza de Mayo; la Av. Gaona de provincia, también une la línea del Oeste desde Haedo y por la "Segunda Rivadavia" con la Autopista 25 de mayo;al norte de Rivadavia encontramos otro acceso importante por la Ruta 8, que enlaza con la Av. San Martín, que conduce al centro en su enlace con Av. Díaz Vélez y Av. Corrientes; al sur de Rivadavia, hay dos accesos primarios: la Ruta 3 que desde los confines de La Matanza ingresa a la Av J.B.Alberdi y llega al centro por el tandem de avenidas - Bruix, Directorio, San Juan hasta 9 de julio o Huergo en el bajo; el otro es el de las autpistas Dellepiane y Riccheri, que trayendo tráfico desde la ruta 205 (y su enlace con la autopista Ezaiza-Cañuelas), del Aeropuerto Internacional Mto. Pistarini de Ezeiza (a 35 km del centro), o desde el enlace con la ruta 29 desde Gonzalez catán y Laferrere, se une con la autopista 25 de mayo sobre Parque Avellaneda, para llegar por esta vía al centro. Son rutas de acceso importantes también por el Norte la Av. del Libertador, que ingresando desde el Partido de Vicente López llega a Retiro y Catalinas Norte y transita a "espaldas del microcentro y por delante de Puerto Madero en el corredor Leandro N. Alem - Paseo Colón, que conduce hasta la Av. Alte. Brown en La Boca y su acceso a la Pvcia por el Puente Nicolás Avellaneda o bien por la avenida Mertín García sigue hasta la Av. Regimiento de Patricios (que tendrá su futuro puente sobre el Riachuelo) o al acceso a la Autopista 9 de julio sur, para pasar al Partido de Avellaneda por el Nuevo Puente Pueyrredón. También desde los partidos del Norte (desde San Fernando) se accede hasta el microcentro por la rectilínea combinación de avenidas (que se trata de la misma arteria que cambia de nombre) Centenario - Santa Fe - Cabildo pvcia. - Cabildo cap. - Sante Fe, hasta llegar a 9 de julio o a Retiro en su bajada por Plaza San Martín. Desde el Sur tiene también importancia el acceso por Puente Alsina desde el partido de Lanús, en su enlace con las Avenidas Sáenz, Boedo, Almafuerte, Caseros hasta llegar a Constitución y la 9 de julio por esta última y más aún, desde el linde entre Avellaneda y Lanús, llegando por la Av. Pienovi al Puente Victorino de la Plaza, se accede a la arteria de avenidas Vélez Sársfield, Entre Ríos, Callao, que es una continuidad que lleva de sur a norte por el límite del macro centro. Cabe por último mencionar otra vía fundamental que es la Av. Juan B. Justo: ingresando desde el oeste, en el nacimiento del distribuidor más complejo de la ciudad (confluencia de la Av. Gral Paz, Autopista Acceso Oeste, Av. Gaona Pvcia, fin de Autopista 25 de mayo), se interna siguiendo el curso cimbreante del entubado arroyo Maldonado (sobre el que se construyó), para acceder a Puente Pacífico (en su cruce en Palermo con Av. Santa Fe) o a Libertador, por la prologación que le brinda la Av. Bullrich y por estas dos arterias, al centro. Dos importantes arterias de tránsito pesado (caminones ) son: el tándem Av. Alcorta o Iriarte (que enlazan con Vieytes y el viejo Puente Pueyrredón o Vélez Sársfield y el Puente Victorino de la Plaza), Av. Perito Moreno (que enlaza con Sáenz y Puente Alsina), Av Lafuente, Av. San Pedrito, Av. Nazca (hasta gral. Paz); otra es el acceso desde la Avenida Crovara desde las barriadas de Tablada, Tapiales, Ciudad Evita de La Matanza, enlazando con la Av. Eva Perón (ex Del Trabajo) hasta Av. Directorio y San Juan para llegar por ésta última a la Av. Huergo y el Puerto. Viniendo por el sur desde Puente de La Noria (desde el Camino Negro en el Partido de Lomas de Zamora con todos sus enlaces), es una buena alternativa la Avenida Roca hasta Sáenz, o el enlace de Avenidas Escalada y Cruz hasta Perito Moreno o Caseros, o la misma Autopista Dellepiane.
Los egresos por avenidas desde el centro de la ciudad, además del camino inverso a los egresos mencionados, discurren por: el tándem de avenidas Córdoba - Estado de Israel - Angel Gallardo - Gaona - Juan B. Justo, que canaliza el flujo al Oeste, al igual que la Avenida Rivadavia desde la Plaza de Mayo hasta transformarse en la Ruta 7. Más al sur y paralelo hacia el oeste se forma la vía de avenidas Independencia- J.B.. Alberdi (que forman la Ruta 3). Al Norte el contraflujo puede llegar a Gral. Paz y Acceso Norte, por la vía ribereña: Av. Antártida Argentina, Rafael Obligado (Costanera Norte) hasta unirse como mano contraria de Lugones frente al Estadio de River Plate, o bien por Avenidas Del Libertador - Figueroa Alcorta - Udaondo - Del Libertador. La Avenida Juan B. Justo es de doble circulación, así como las de tránsito pesado.
Los nudos de concentración de transporte en todas las direcciones más importantes de la Capital son: Retiro, con sus tres terminales ferroviarias, enlace con el subte C, la Terminal de Omnibus de Buenos Aires, Servicios de Kombis y cien líneas de colectivos, además de la terminal de ultramar de Puerto Nuevo y los servicios marítimos de Dársena Norte con la R.O. del Uruguay; Constitución, con su terminal ferroviaria que se bifurca en los cinco ramales que conectan todo el sud - sudoeste, su enlace con la línea C de subtes y la proximidad de los servicios por autopistas; Plaza Once, con su combinmación de enlace ferroviario y de subterraneo (A), más la p´roxima línea de subtes transversal (H), su nudo de colectivos y cantidad de terminales de servicios de omnibus de media y larga distancia; la zona que va de Plaza Italia a Túnel Carranza con epicentro en Puente Pacífico enlace de subterraneo D, ferrocarril San Martín, dos líneas del ferrocarril Mitre, servicios de media distancia desde La Rural y líneas de colectivos en toda dirección; Estación Liniers, terminal de innumerables líneas de colectivo, enlace con el ferrocarril Sarmiento, terminales de omnibus de larga distancia; Estación Federico Lacroze, enlace del ferrocarril Urquiza, el subterraneo B, terminal de innumerables cantidad de líneas de colectivos, salidas de omnibus de media distancia; Iglesia de Nueva Pompeya, enlace con el ferrocarril Belgrano Sur, futura terminal de la línea H de subterraneos (en construcción), terminal de innumerables líneas de colectivos de media y corta distancia y algunas de larga distancia en Puente Alsina; Correo Central, terminal de innumerables líneas de colectivos, enlace con el subterraneo B, servicio de Kombis en todas las direcciones, concentración de ómnibus en todas las direcciones; Puente Saavedra (Cabildo y Gral. Paz), enlace con el ferrocarril Belgrano Norte, terminal de innumerable cantidad de líneas de colectivos y tránsito de un número mayor, apeadero de micros de media y larga distancia, futura terminal del subte D; por último (de menor importancia) Estación Belgrano en las Barrancas de Belgrano enlace línea Mitre al Tigre, terminal y tránsito de innumerables colectivos; Plaza de los Virreyes, enlace del subte E con el Premetro, gran cantidad de líneas de colectivos. En el centro de la ciudad, el cruce de 9 de julio y Corrientes en el Obelisco, marca el punto de una de las mayores concentraciones de líneas de colectivos y el nodo más importante de enlaces de subterraneos: líneas C, B y D.El hormiguero humano se vale para comunicarse durante sus desplazamientos de más de 7 millones de líneas de telefonía fijas y el 65% de los más de 20 millones de aparatos de telefonía celular activos en el país; más de un 20% (piso) de esta muchedumbre usamedios de comunicación virtuales desde internet durante el día (banda ancha, cable módem, wi-fi, etc.) en forma ambulatoria (trabajo o locales comerciales y desde sus hogares) unas 3 millones de personas.-

miércoles, septiembre 13, 2006

"Ojos que no ven"
1º Período "...la luz de un fósforo fue..."

III - ABANDONO
Poco queda de esta frustrada historia que merezca ser contado. Las expediciones río arriba tuvieron como resultado la fundación de Asunción, en plena civilización guaraní, lo que traería cierta recomposición a los conquistadores. Tendrían comida de sobra, recuperarían los kilos perdidos por la hambruna, contarían con unos tres sirvientes cada hombre de armas, y más de una mujer cada hombre. Oro no había, pero estaban un poco más cerca del paraíso. Y luego de un tiempo de vacaciones reemprenderían las expediciones hacia la "Sierra de la Plata".
En 1541, finalmente se decidió deshabitar el real de Buenos Ayres. Se quemaron las "instalaciones" y se erigió un poste en cuya punta se colocó una calabaza que contenía la notificación de la mudanza y las instrucciones de cómo llegar a la Asunción y de cómo obtener víveres en el camino.
Pero de aquella época nos queda una leyenda que relata Ruy Díaz de Guzmán (del que hablaremos en otra ocasión) en su obra "Anales del descubrimiento y conquista del Río de la Plata", y que se ha publicado siempre bajo el título de "La Argentina" (no confundir con la obra homónima de Martín Del barco Centenera, de quien también hablaremos en otra oportunidad). Por ahora sólo diremos que Díaz de Guzman era un mancebo de la tierra, es decir, un mestizo fruto de esas servidoras que los españoles tenían en la Asunción. Este hombre, sobrino de Irala, murió en 1629 y escribió dicha obra en sus últimos años de vida. Puede ser considerado como el primer historiador criollo (del área rioplatense). La obra llega hasta la fundación de Santa Fe por Garay.
Dice Díaz de Guzmán que durante la hambruna en Buenos Ayres, una mujer se fugó tierra adentro. A esta mujer la llamaban La Maldonada y en su fuga ayudó a una puma a dar a luz a su crías. Poco tiempo después, la mujer fue encontrada, raptada (¿y que iba a decir Díaz de Guzmán?) y llevada cautiva a vivir con los infieles. Posteriormente, un grupo de españoles la recapturó y la condenaron a morir, lo cual implica que la mujer no estaría muy cautiva de los indios. La pena se cumplió atando a La Maldonada a un árbol para que muriera devorada por las fieras o de inanición. El árbol se encontraba a orillas de un arroyo que, siempre según Díaz de Guzmán, se encontraba a algo más de una legua del asentamiento. Según el relato, esa noche apareció la puma que había sido ayudada por La Maldonada en su alumbramiento y defendió a la mujer de toda alimaña que quiso acecarse al árbol. Días más tarde, cuando los españoles fueron a buscar los restos de la mujer, la encontraron viva y con los pumitas (ninguno de apellido Aventín) a sus pies. Los hombres, según el relator, entendieron que su crueldad había superado a la de las fieras y decidieron volver al real con la mujer. El arroyo desde entonces fue conocido como el arroyo de La Maldonada y Uds. se darán cuenta que no se trata de otro más que del famoso arroyo Maldonado. Ésta es la primera leyenda acerca de Buenos Ayres de la que se da cuenta.

Así damos por terminada la primera parte de OJOS QUE NO VEN ("...la luz de un fósforo fue...") que pretendía dar cuenta de la primera Buenos Aires, de la proto-ciudad. La que no fue ciudad, la que no se fundó, de la que hasta ahora no se han encontrado restos materiales pero que existió y aunque no llegó a cambiar (durante mucho tiempo) el paisaje lo intentó. Y de eso se trata esta sección. De los cambios que tiene nuestro paisaje, nuestro habitat y del que mucho, poco o nada nos damos cuenta. Seguiremos contando historias, leyendas, verdades y mentiras pero también vamos a concentrarnos en las transformaciones que sufrió el lugar que habitamos o transitamos cada día cuando, como decía el General, vamos "...de casa al trabajo y del trabajo a casa...".

Hasta la próxima...

martes, septiembre 05, 2006

Recuerdos del futuro (Nieblas del Riachuelo, brumosas aventuras de la niñez)

Allá, a principios de los setenta, me embargó un afán por la cartografía que aún no me abandona: algo me decía que para soñar con viajar y conocer se empieza por los mapas y, como un pequeño aventurero entre los 9 y los 13 años, anduve siempre mentando salidas de pizza y cine que terminaban arrastrando a mis amigos a embarcarnos en trenes, bondis, lanchas, botes, largas caminatas donde oficiaba de brújula, exitante alquimia de enlaces y combinaciones que nos hacían lamer la piel de la ciudad en largas extensiones; colándonos cuando fallaban los cálculos y se acababa la guita, contra reloj para evitar la calentura de los viejos... en fin,una época dorada donde sin estar exentos del riesgo que cada persona asume al despertar; dos o tres amigos se podían dar el lujo de descubrir el mundo a pura adrenalina, sin los despiadados muros de prudencia que levantó la realidad que hoy transitamos.
Valga como ejemplo, esos días que el Cine Aconcagua quedaba atrás y el colectivo 107 nos depositaba en Coghlan; reconocimiento, abordaje y desembarco en Bmé. Mitre ahí por la Quinta de Olivos, al igual que hoy, pero allí comenzaba la aventura: en la caminata por las vías del clausurado ramal Delta del FFCC Mitre, llamado entonces "del bajo" (cerrado por Frondizi, resucitado en los '90 por el paquete "Tren de la Costa"). Pateando hallazgos bajo el sol sobre durmientes dormidos, estaciones fantasma o convertidas en los hogares de sus ex jefes; durmientes con pelucas de pasto, terraplenes yermos... el río aparecía en Barrancas y en algunos tramos, la vegetación era verdadera jungla: honderas palos y piedras nuestras armas, avanzábamos hasta que la luz comenzaba a ceder y trepábamos por calles suntuosas en busca de Libertador y la línea del "alto", para así volver hasta Estación Rivadavia en Capital y de allí el 117 o el 28 nos depósitaba en Lastra y Gral. Paz, a cómodas veinte cuadras de casa...

Cuántos camiones para colgarse, cuántos rumbos para emprender una vida exploradora con aquellos ojos de niño, que todo lo sobredimensionan, que ante todo se entusiasman; entonces parecía remota la estación Chacarita ¡Rápido, a volver a Villa del Parque siempre hacia el fondo huyendo del "chancho"! Y de pronto la Cancha de Atlanta dejaba de ser un dibujo en el plano de Villa Crespo: el culto a la simbología e iconicidad tenía su merecida recompensa: ohhh, los dibujitos se volvían tangibles, los planos estudiados durante noches develaban sus secretos y entonces soñábamos nuevas aventuras. Es así, cuando se es pibe las escalas son otras: el barrio un par de cuadras donde para la barra; la ciudad, el mundo de más allá...

Tres cosas me obsesionaron: los trenes (no dejé ramal sin recorrer: el Midland con sus estaciones de agujas, el que salía de la Estación Avellaneda de Puente Agüero con sus máquinas a vapor, las "chanchitas" de Haedo, Merlo, Victoria, Cañuelas...); los bondis (salía a trabajar con mi viejo que era visitador médico y en un cuaderno Gloria, había anotado líneas del 1 al 1000, para convertirme en un cazador de números, recorridos y colores de capital y el conurbano -no existía la guía T, eran épocas de oro de la Filcar y la Gui Pla. Mi trabajo de coleccionista -que trascendía las marquillas de cigarrillos- daría cuenta de tantas líneas que ya hay muchas desaparecidas, como la 81 que iba de Cobo y Curapaligüe a San Martín en pvcia. o la 77, que hacía Versailles - Aduana; tantos recorridos mutilados y tantos otros henchidos; tanto colorete fileteado -que le daba personalidad a los barrios del recorrido-, que hoy se han uniformado en sucios esmaltes sintéticos mate...) y por último los Puentes del Riachuelo


En la casa de mi abuela, había una guía Peuser del año '61, con la que yo recorría ávidamente las riberas de nuestro curso emblemático de agua y me embelesaba planeando las incursiones que llenarían mis ojos y que por lo poco accesibles requería que mi padre invirtiera fines de semana recorriendo lugares pestilentes con el auto.

Durante años, el Riachuelo permaneció en ominoso letargo de degradación y olvido, solo volvió a ocupar las mentes de los porteños por los dislates de advenedizos ladrones de turno, como la funcionaria que lo sanearía en 1000 días, con lo que debe haber obtenido suculentas recaudaciones de la empresas que veían amenazado su operar ante una orden de frenar la polución sistemática. Pero esto cambió en los últimos años, con las obras que sobre la ribera capitalina hizo el Gobierno de la Ciudad para combatir las inundaciones y crear un polo turístico y se vió sacudido en las últimas semanas por los anuncios que desde el Gobierno Nacional, la Intendencia de Avellaneda y el Gobierno porteño se hicieron, agitando los corazones de ambas riberas, desde la Boca a la Isla Maciel, de Barracas a Dock Sud, Avellaneda o Gerli.

Desde el 22 de agosto que se puso en marcha un plan para revivificar las vías de comunicación. Posiblemente esto tenga que ver con una forma de complicar la protesta social (uno no come vidrio), pero también refleja una realidad de la degradación de las vías de comunicación. Es así como se proyectó rehabilitar el trasbordador Alte. Brown o Nicolás Avellaneda (el Puente negro), que realizó el 31 de agosto de este año, su primer travesía desde 1947 entre ambas márgenes del curso de agua, haciéndolo sobre sus mecanismos originales. Se piensa en recuperar totalmente el enmohecido arco de hierro que atenaza La Boca con La Isla Maciel (pensar que a principios de los '70 el boludo de Pipo Mancera nos tuvo mirando pa' arriba hasta ponerse duro el cogote, cuando entre otras de las güevadas que hizo, lo quiso atravesar en altura por una cuerda floja... el viento se lo hizo pensar ds veces, nos quedamos sin espectáculo morboso y Sábados Circulares sobrevivió un par de años más.)


Aquí les traigo la historia de estos brazos que unieron las arterias productivas del país de la carne, el de la década infame, la terrible "ley del Frío", el de la película La Mary (sí, esa con la Susy y Carlitos Monzón).

La antigua guía de mi abuela mostraba dos puentes que no había podido hallar: el "Pte. Luis Sáenz Peña" y el"Pte. Justo José de Urquiza". Los dibujos de referencia en celocía en el mapa, me hacían pensar en puentes de hierro, y la verdad es que acertaba, lo que no podía saber en los primeros setenta, es que llevaban uno 40 años y el otro una década de desguazados. Tan esquivos fueron, que en las tareas de dragado y despeje del curso navegable del canal, sus basamentos debieron buscarse con ecosonda por lo espeso y turbio de las aguas y sus desperdicios; pero yo me imaginé que el Urquiza estaba acá




Justo en el lugar donde el nuevo puente que se construirá entre 6 mese y un año a partir del comienzo de obras, unirá la Av. Patricios de Capital, con la Av. Roca en el Doque, esa que después es un boulevard que, después de esquivar la cancha de Arsenal te lleva hasta Mitre por Debenedetti, justo debajo del viaducto y la estación Sarandí: buena alternativa, habrá que ver cómo reurbanizan "Villa Tranquila" sin tener que poner cercas eléctricas... Ahora bien, ¿por qué no notaba pilotes en el medio del río? estas pinturas nacidas de la paleta de Aquino, me empezaron a traer una idea que no me era familiar, porque nací en la época del automóvil y no en la de la bicicleta, el proletario a pata y los carros ¡era un trasbordador!, lo que había que cruzar era la mano de obra a los frigoríficos, peladeros, saladeros y plantas de conservas



Aquí está el trasbordador Urquiza, inaugurado en mayo de 1913, un año antes que en abril de 1914 comenzara a hacerlo el Nicolás Avellaneda viejo (Puente Negro).






Fue conocido como "Puente Barracas" o "Puente Patricios", pero era el Trasbordador Pte. J. J. de Urquiza, pasando el puente de hierro del Tren del Sud hacia el lado de Barracas; ese ramal que va a Casa Amarilla por detrás de la Bombonera. Y este era el acceso a su barquilla colgante.

Y éste es un detalle de la barquilla transbordadora arribando en uno de sus cruces en los años '20.





Al otro lado del puente del tren, hacia la vuelta de Rocha (o más precisamente de Badaraco), estaba el puente levadizo Pte. Sáenz Peña, que partía de la calle Garibaldi y conducía a la gente y los carros de tropa al frigorífico La Blanca, competidor del frigorífico La Negra y la CAP, que estaban donde hoy se encuentra el Shopping Alto Avellaneda; acá sus imágenes; es el más antiguo de los modernos puentes, anterior a 1900 (en el 1902 se construyó el viejo Puente Pueyrredón sobre la calle Solas, hoy Vieytes) y paradigma de las construcciones contemporaneas, lo anterior, los puentes de Galvez en Barracas, de Burgos (donde hoy está el Alsina), fueron maderámenes decimonónico, sin las líneas e hileras de remaches que embellecieron al Bosch, victorino de la Plaza, etc. Acá lo tienen , se lo conocía por "Puente Capital"







Durante años de infancia sospeché que la tragedia del tranvía del año '30 había ocurrido aquí, pero no: las fotos de cuando lo sacan del Riachuelo mostraban al viejo Puente Pueyrredón, sin embargo fue en el pequeño Bosch, a la sombra del otrora monumental puente de hierro para las 4 vías del Roca, donde la niebla le tendió la celada al coche eléctrico poblado de madrugadores obreros.

Volviendo al Sáenz Peña, funcionó hasta el '31: la crisis volteó mucha actividad del otro lado de la ribera y unas décadas después nada quedaba de él.




El que pervive emblemático, es el espléndido puente levadizo del tren (emblemático y utilitario para Ferroexpreso Pampeano y algún otro concesionario de cargas), durante años fue de color naranja propio del minio, esa fuerte pintura antióxido, hoy está pintado de un desubicado celeste cielo y muy degradado. Se lo conocía y conoce como "Puente Barraca Peña" y se ha convertido en postal de tango y Riachuelo







El viejo puente Pueyrredón, con su Torreón histórico (ya nos ocuparemos de su historia), solo admite tránsito liviano; el Victorino de la Plaza es muy estrecho
y se lo somete a continuas tareas de mantenimiento (el nuevo Puente Patricios - Roca tendrá 4 carriles con dos de tránsito pesado y será giratorio) y el Bosch permanece cerrado, solo abierto al tránsito peatonal que acusa repetidamente el tener que "pagar peajes" a las pandillitas locales. el plan de gobierno prevee recuperar sus mecanismos de elevación, volver a hacer funcionar el trasbordador de la boca, y recomponer escaleras mecanicas, baños e instalaciones del Nuevo Puente Nicolás Avellaneda, tareas que fueron comenzadas por varias ONG's entre ellas "Barrios de pie"...
Algo está cambiando hacia el sur, se lo ha ganado por historia. Mientras tanto, impertérritos, los boteros van y vienen de La Boca a la Isla Maciel como si el tiempo se hubiera estancado, tal como las oscuras y fétidas aguas que surcan por módicas monedas de pasaje...



El saneamiento del curso tiene nuevos proyectos, nuevas partidas asignadas, nuevos funcionarios comprometidos, nuevos plazos para cumplirse y nuevas comisiones estudiando y trabajando sobre una recuperación de la cloaca a cielo abierto, que no llevará menos de diez años. Las futuras generaciones miran desde las mancilladas riberas, Dios los castigue si no cumplen, la Patria los demande y los meta en cana...

lunes, septiembre 04, 2006

Rituales mínimos (cuando Buenos Aires tiene ese no se qué...)


Buenos Aires es una ciudad de eucaliptus. Sí, arbol imponente si los hay, la ciudad es pródiga en espacios verdes donde se los a arraigado. Todavía hoy muchos porteños hacia fines del otoño y principios del invierno, conservan un ritual inocente, gratuito y gratificante: en parques, plazas o bosques, grandes y chicos se entregan a la recolección de los "coquitos", el aromático trompito fruto de estos gigantes que llena bolsillos y bolsitas de los que mantienen una costumbre de varias generaciones. Parque Avellaneda (foto), Parque Lezama, los bosques de Palermo, Ezeiza, Pereyra Iraola, el Parque de la Ancianidad, la Plaza Arenales, las calles de Castelar, Banfield, San fernando o San Miguel; todos escenarios de la pagana recolección. El paseo, la caminata entre los imponentes troncos que mudan su rústica corteza hasta volverse tersos de blanca lisura, la recolección que nos llena de hojarasca y tierrillas, la clasificación de los mejores ejemplares (que no estén abiertos, podridos, aquellos aún verdes por arriba y blanqueaditos como por cal por debajo)... Luego en casa, los chicos divertidos miran como hierve el agua en el cacharro donde será depositado el perfumado botín. En mi hijo me remonto a mi propia niñez, cuando bullía el agua y se desprendía el bienhechor vapor de la lechera de aluminio que mi abuela apoyaba sobre la estufa Simplex que abrasaba a sus admiradores (perro y gato de turno) alimentada por la peligrosa manguera de gas. O en la fogarata de ramas en el fondo o en el terrenito baldío... Los inviernos porteños aún tienen casas con fragancia a vahos de eucaliptus, esos que hacen más agradable el encierro en los días fríos e inclementes y abrigan a las almas que se reconfortan en la añoranza.

La Reina del Plata vista por un pájaro(n)

Hace un tiempo tuve la oportunidad de viajar al sur en avión en un día maravilloso (lo que algunos llamaríamos "un día peronista")...