sábado, marzo 03, 2007

Los nombres de las calles IX
1º Ed. Virreinal
"Los últimos serán los primeros"

Virrey Olaguer y Feliú
Antonio de Olaguer y Feliú fue gobernador de Montevideo entre el 2 de agosto de 1790 y el 11 de febrero de 1797 y posteriormente fue designado sexto Virrey del Río de la Plata el 2 de mayo de 1797, cargo que ocupó hasta el 14 de mayo de 1799.
Nació en Villafranca del Bierzo, León. Fue enviado a Buenos Aires durante la gobernación de Pedro de Cevallos como especialista militar y participó en el sitio de Colonia del Sacramento en 1777. Fue nombrado inspector militar en 1783.
Durante su mandato tuvo que enfrentarse a las amenazas de las fuerzas británicas y portuguesas en la región del Plata y el incipiente clima revolucionario inspirado en la Revolución francesa. En el ámbito económico, autorizó la entrada de buques extranjeros y neutrales al puerto de Buenos Aires para estimular las actividades comerciales del virreinato que estaban comenzando a sufrir los efectos negativos de las tensiones crecientes entre las potencias europeas.
De regreso a España fue nombrado secretario de guerra por Carlos IV. Murió en Madrid en 1810.



Virrey Avilés
Gabriel Miguel José Antonio Benedicto Ignacio Raimundo de Avilés y del Fierro, tal su nombre completo, fue el séptimo Virrey del Río de la Plata entre 1799 y 1801. Gobernador de Chile entre 1796 y 1799. Virrey del Perú entre 1801 y 1806.
Se casó con la ilustre dama peruana Mercedes del Risco y Ciudad, mujer de gran bondad y modelo de entrega a los demás que pasó a la Historia como "la santa virreina".
Eliminó las encomiendas de los indios guaraníes y les entregó (una pequeña parte de) sus tierras en propiedad. Inauguró la Escuela de Náutica.



Virrey del Pino
Joaquín del Pino Sánchez de Rojas Romero y Negrete Baena fue un ingeniero militar y político español, que ocupó varios cargos importantes en la administración colonial de América.
A los 18 años ingresó como cadete al Regimiento fijo de Orán. Ya suboficial, estudió matemáticas y en febrero de 1752 se trasladó al cuerpo de ingenieros. Ese mismo año colaboró con el trazado de mapas del Ampurdán para la realización de fortificaciones y carreteras. En 1753 le fue encargada la supervisión de las fortificaciones del castillo de Montjuic en Barcelona.
Aún trabajaba en ellas cuando en 1760 fue ascendido al grado de capitán; en 1762, ante la suspensión de las obras, fue destinado a la reparación de las baterías de la costa de Castilla en la guerra con Portugal. Al año siguiente contraería matrimonio con María Ignacia Rameri, natural de San Sebastián. En 1769 volvió a ser destinado a trabajos cartográficos, colaborando con los franceses en el levantamiento de los mapas militares de Aldudes, entre Navarra y Francia. Ascendido a teniente coronel al año siguiente, fue enviado a Montevideo a solicitud del Juan José de Vértiz y Salcedo en 1771 para reparar los baluartes de la ciudadela; permanecería en América hasta su muerte.
Fue gobernador de Montevideo entre 1776 y 1790, presidente de la Audiencia de Chile entre esta última fecha y 1795 y de la de Charcas entre el '95 y 1800, cuando fue nombrado octavo Virrey del Río de la Plata.
Gobernante ilustrado, pero fiel a la metrópoli, llevó a cabo numerosas obras públicas, entre ellas la ampliación del puerto, la construcción de la Recova de Buenos Aires —encargada a Juan Bautista Segismundo, que más tarde sería autor también de la iglesia del Convento de San Lorenzo— y una administración eficiente; promovió la construcción de hornos de ladrillo y la erección de astilleros en Corrientes y Asunción, para sustituir a los bajeles extranjeros, a los que prohibió desembarcar, acabando temporalmente con la exportación de cueros en crudo común hasta ese momento. Limitó también la circulación de extranjeros, temiendo la implantación de las ideas republicanas de la Revolución Francesa, y clausuró el primer periódico aparecido en Buenos Aires, El Telégrafo Mercantil (1801).
Dio en 1801 las primeras tareas de responsabilidad a Santiago de Liniers nombrándolo gobernador de Misiones. Éste pretendió aprovechar la coyuntura para recuperar los Siete Pueblos de las Misiones Orientales invadidas por los portugueses del Brasil desde comienzos del año, tomando la guerra luso-hispana como excusa; del Pino, sin embargo, no le facilitó los pertrechos necesarios, y la pérdida de las misiones del Guayrá sería ya irremisible. El 6 de julio de 1802 sería relevado de sus funciones por ello, nombrándose en su reemplazo a Antonio Amar, pero el relevo se suspendió en atención a su edad.
Ya septuagenario, cayó enfermo en abril de 1804, y murió diez días más tarde, dejando designado a Rafael de Sobremonte como su sucesor. Pocos años después su hija Juana del Pino contraería matrimonio con el futuro presidente(?) Bernardino Rivadavia.



Sobremonte
Rafael de Sobremonte Núñez Castillo Angulo Bullón Ramírez de Arellano, III Marqués de Sobremonte, y noveno Virrey del Río de la Plata, había nacido en el seno de una distinguida familia española en Sevilla, el 27 de noviembre de 1745. Sus padres fueron el marqués don Raimundo de Sobremonte, militar y magistrado, caballero de la Orden de Carlos III y oidor de la audiencia de Sevilla, y doña María Angela Núñez Angulo y Ramírez de Arellano. Por cierto, algún grado de repulsa general lo ha convertido en el único virrey sin calle.
A los catorce años de edad ingresó como cadete en el Regimiento de las Reales Guardias Españolas iniciando una ascendente carrera militar. Años más tarde logró ser designado Secretario del Río de la Plata, con el grado de teniente coronel, en la época del virrey Vértiz (1779). Luego durante más de 15 años, fue Gobernador-intendente de Córdoba, demostrando sobresalientes aptitudes como administrador. En Abril de 1804 sucedió en calidad de Virrey al mariscal del Pino.
Durante las Invasiones inglesas el virrey Sobremonte huyó de Buenos Aires, y luego de la Reconquista, el pueblo impidió que reasumiera el mando de la ciudad. El Cabildo Abierto del 14 de Agosto de 1806 nombró a Santiago de Liniers jefe militar de la plaza. Sobremonte permaneció en el Río de la Plata hasta 1809, cuando decidió regresar a España. Allí, fue sometido a un consejo de guerra que lo absolvió, tras un proceso que sus adversarios calificaron de parcial, afirmando que en él se invalidaron los pocos testimonios en su contra presentados por quienes tenían conocimiento casual del juicio. Este proceso se realizó en Cádiz, durante la primera quincena del año 1813, actuando un consejo de guerra constituido por varios generales, bajo la presidencia del Capitán General de la provincia, don Cayetano Valdez. En realidad el virrey más que cobarde fue inoperante. Cuando se dio cuenta que había metido la pata hasta el cuadril, rajó con los caudales y ordenó no resistir y retirarse a Córdoba para organizar la reconquista desde el interior, lo cual también le fue propuesto a Belgrano años más tarde cuando al mando del Ejército del Norte desobedeció y enfrentó a los realistas en Tucumán y, casi por milagro, detubo su avance.
En otro plano, Sobremonte estuvo casado con una dama argentina: Doña Juana María de Larrazábal. Después de enviudar, se desposó en segundas nupcias, a los 75 años, con doña María Teresa Millán y Marlos, viuda de un sobrino de Baltasar Hidalgo de Cisneros, el último virrey del Río de la Plata. La historia ha dejado documentada la oposición que este matrimonio tardío tuvo entre sus familiares.



Virrey Liniers
Santiago de Liniers se vio beneficiado por el tercer Pacto de Familia (1761), que permitió a los franceses participar en las empresas militares españolas en igualdad de derechos y obligaciones que los españoles. Recibió formación militar y naval en la Orden de Malta y luego la continuó en España. En 1774 prestó servicios para la corona española, como guardiamarina en Cádiz. Acompañó a Pedro de Ceballos en 1776 al Río de la Plata, regresando a Buenos Aires en 1789, como capitán de puertos. Fue gobernador político y militar de Misiones.
En 1806, durante la primera invasión inglesa, tenía a su cargo resguardar el puerto de Ensenada de Barragán a fin de evitar el desembarco de las tropas británicas, misión que no logró cumplir. Frente al hecho de la toma de Buenos Aires por parte de los británicos y la huída a Córdoba del Virrey Sobremonte, Liniers abandonó su posición en Ensenada y cruzó el río de la Plata con el fin de organizar tropas para emprender la reconquista de la ciudad. Desde la Banda Oriental, y con la ayuda de Pascual Ruiz Huidobro, gobernador de Montevideo, Liniers organizó un ejército que partió hacia Buenos Aires, cruzando por el Tigre, y fue sumando en el camino miles de pobladores que se integraron como milicianos. Derrotado el ejército británico, el jefe de los invasores, William Carr Beresford, se rindió ante Liniers entregándole su sable.
Luego de la reconquista de Buenos Aires, Liniers fue considerado como un héroe por la población de Buenos Aires, y en un acto inédito, elegido por voto popular de los vecinos de Buenos Aires como virrey provisorio del Río de la Plata. El acto es un antecedente directo del movimiento de independencia hispanoamericana. Al año siguiente el rey lo confirmó como décimo Virrey del Río de la Plata.
Durante su virreinato se le acusó de nepotismo, cohecho y peculado(vah, era coimero, vendía los cargos y ponía a parientes y amigos a lucrar en puestos públicos, aunque no fue tan adelantado como para nombrar "ñoquis"), y la clase alta se mostró escandalizada por su romance con la bella mauriciana de origen francés de apellido Perichon y apodada La Perichona. Estas circunstancias y el hecho de ser francés en pleno período de Guerras Napoleónicas llevó a que la Junta Central en nombre del rey Fernando VII lo removiera a fines de 1808 y a reemplazarlo por Baltasar Hidalgo de Cisneros. Sin embargo recibió de la corona española, para él y sus descendientes el título de Conde de Buenos Aires.
En 1810 se radicó en Alta Gracia, provincia de Córdoba y allí se enfrentó militarmente a la Revolución de Mayo.



Virrey Cisneros
El "sordo" Baltasar Hidalgo de Cisneros, (Cartagena, 1755 - id. 1829) era un marino español. En 1770 ingresó a la carrera naval y en 1805 participó contra los ingleses en la Batalla de Trafalgar, resultando ser uno de los marinos españoles más destacados que participaron en ella, que ostentaba además el rango de general y jefe de escuadra y que enarboló su insignia en el navío Santísima Trinidad, que era el barco mayor de todos los que participaron en la batalla y que protagonizó uno de los episodios más intensos.
Nombrado por la Junta Central de Sevilla, asumió el cargo de virrey ( fue el último, claro) en 1809 en reemplazo de Santiago de Liniers, en medio del descontento de los criollos debido que para entonces la Junta Central se había disuelto y sólo existía un Consejo de Regencia que aguantaba como podía en una islita frente a Cádiz la ocupación de España por las fuerzas de Napoleón Bonaparte. El 22 de mayo de 1810, convocó a un Cabildo Abierto para tratar de arreglar lo que ahora llaman los periodistas la "gobernabilidad". Intentó ser presidente de la nueva Junta que se formaría, pero ante el rechazo por parte de los jefes militares (Cornelio Judas Saavedra, coronel del regimiento de Patricios fundamentalmente), el 25 de mayo debió presentar su renuncia. Por decisión de la Primera Junta regresó a España (vah, lo subieron al primer barco que encontraron y le dijeron: si volvé te vamo a hacé´cagá´! eh, puto! volá!).

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