domingo, diciembre 11, 2005

NUEVOS CIRCUITOS TURISTICOS 1 (MI BUENOS AIRES QUERIDA)


Desde pequeño e impulsado por los genes curiosos y andariegos de un abuelo ferroviario y otro aventurero (uno cultor de la lectura de odiseas y aventuras, el otro cultor de la lectura de los hombres y lugares que conoció); recorrí los circuitos más recónditos de nuestra inmensa y curiosa ciudad: cursos de agua, puentes, estaciones ferroviarias, túneles,edificios característicos, fueron mi meca y, los más ignotos bondis, trenes, barcachos, subtes o caminos de a pata, mis sendas. Claro, eran otros tiempos (ya más de 30 años) y la exploración no tomaba los ribetes épicos o temerarios que presenta hoy en día... Y si, si Brasil es Belindia, Argentina es Congolanda: o sea un gigantesco territorio de tipos en bolas, infraestructura colapsada o inexistente, multitudes resignadas, pasajes de lo que quedó y un pequeño reino de privilegiados, que viven en un país encantado, gozando de comodidades y privilegios impensados en otros tiempos, mejor que en los mejores momentos, porque el trasvasamiento les permitio crear un reino del primerísimo mundo, dentro de uno del mundo de cuarta. Puesta la escena en blanco y negro, la nueva sección tendrá recomendaciones realmente buenas, matizadas por ribetes cómicos (para no angustiarnos tanto), ahí vamos.

Turismo Arqueológico

Nuestra recorrida comienza por la Av. Gral. Paz (la nueva autovía menemista) hacia el sur, digamos desde la Ruta 3 (Alberdi), hacia Puente de la Noria. A poco de andar, a nuestra izquierda (Capital), reluce el paquetísimo Barrio Naón (desubicado como chupete en el orto en tan rantifusos barrios), último vestigio presente continuo imperfecto; casi enseguida arranca el pasado perfecto: cruzando Crovara, a la derecha del paseante, aparece un cenagoso e inmenso baldío que alguna vez ocupara la paradigmática fábrica de Jabón Federal
(aquella que con su hálito de sebo y peladero de chanchos nos recordaba desde temprano a la mañana, que ya había mucha gente laburando); el hueco que nunca llegó a ocupar un hipermercado multinacional, permanece como reserva ecológica para cuanta alimaña, peste y bacteria se conozca... a nuestra izquierda, cuando cruzamos por debajo a la Autopista Ricchieri, aparece la concurrida "Villa de los travestis", ocupando una fresca y herbosa colina con pinos que hacía las delicias del picnic del mate dominguero... casi de inmediato sobre la misma mano contemplamos un complejo vanguardista digno de la película futurista más berreta: estupendo "mecano" de la arquitectura de la última dictadura, aparece el Barrio Piedrabuena, conjunto de monoblocks prefabricados (las paredes de los bloques ya incluían caños de luz, agua, ventanas, etc.) que, ensamblados ,nos rememoran los suburbios sórdidos de la futurista Detroit de "Robocop" y donde hoy impera la misma ley que en la zaga del policía protésico; este conjunto pensado para albergar trabajadores municipales, hoy es una morada de almas heteróclitas que no recomiendan visitas nocturnas... mientras a nuestra derecha desfila Tapiales (y sorprendidos corroboramos que hay más casillas de madera que tapias), otra mole silenciosa aparece sobre la izquierda del caminante, ni más ni menos que la ex fábrica Di Tella. Detenidos ante uno de sus portones principales, se vislumbra su primer patio interior, cerrando los ojos uno puede casi escuchar el latido de este cadáver edilicio estilo Bauhaus, del que salieron relucientes, artefactos paradigmáticos de una argentina que pudo ser: el "Siam", la heladera "a bolita"; un rayo de esperanza la alumbra: es una de las fábricas que intenta ser Recuperada por ex trabajadores (o expresándome mejor, por trabajadores sin empleo)... aproximándonos a la Av. Roca contemplamos del lado de Celina el otrora hermoso barrio parque de monoblocks de ladrillo a la vista, pululante de obreros y oficinistas que, crédito mediante, habían llegado al sueño del techo propio y donde hoy se amontonan familias acosadas por el desempleo, las cartas documentos y la pérdida de seguridad de su edén suburbano... Giramos para tomar la Av. Julio A. Roca (más que nunca, dominante sobre el desierto) y un curioso arco-mástil nos recuerda ( a todos los mortales que no seguimos al TC) que allí se encuentra el Autódromo "Oscar Gálvez"; caminando por las banquinas florecidas de yuyos de muchos de sus circuitos, todavía resuenan cercanos los truenos y rugidos de los bólidos de la Fórmula 1, que supieron convertir a nuestro pavimento en el primero del calendartio mundial, de la máxima categoría... Jackie Steward, Emerson Fittipaldi, Mario Andretti, Nicki Lauda, Alain Prost, Nelson Picquet, Ronnie Peterson, René Arnoux, Gilles Villeneuve, Ayrton Senna... y hasta el nabo de Reutemann, supieron hacer posar los ojos del mundo en sus curvones y mixtos, digno escenario de la tierra del QUINTUPLE, el más grande de la historia automovilística, el SEÑOR deportista de nuestro país en el S XX... Remontando Roca hacia el este, la ciudad nos abofetea con su arqueología polifónica, polimórfica, policrónica; es todo muy vertiginoso, las imágenes se suceden: el Barrio Gral. Savio (para nosotros Lugano 1y2 -aunque en realidad hay Lugano 3y4, porque fueron distintas etapas del proyecto), una de las obras póstumas de la "Revolución Argentina" (la dictadura 66-72que tuvo realizaciones tan discímiles como el -muy de época- planetario; la panóptica Ciudad Universitaria -justamente después de la noche de los bastones largos-; la masacre de Trelew y ¡oh, casualidad, destino travieso: el nuevo Puente Pueyrredón), que un arquitecto definiría en su escuela a la perfección pero a mí se me antoja mezcla de Le Corboursier, brutalismo y monumento al cemento... otrora pujante complejo de miles de familias de bancarios, obreros y trabajadores que fueron respaldados por créditos hipotecarios, que desnudó con el tiempo los aciertos y desatinos de su diseño. Hoy los edificios, pallieres, pisos, puertas y departamentos se han vuelto un curioso bricolage de remiendos, es el aporte Lanusseano a la vivienda. La parte que da sobre Roca, es mentada como el "Far West" (ahí por los edificios 129-130, más o menos). En nuestro avance asfáltico histórico, vemos un par de apeaderos con nombres curiosos y bien de frontera como "Gabino Ezeiza" y de repente ¡guarda! hay que esquivar a un extraño carricoche híbrido de tranvía de 1913 reciclado y trolebús: se trata del Premetro,

largo brazo alfonsinista que enlazó a la populosa barriada con el centro, a través de un bienintencionado recorrido que hoy no se animan a hacer ni los protagonistas de "Policías en Acción", serpenteando entre pajonales, barrios de emergencia, altos hornos de basura clausurados (reliquia cacciatorica que se concluyó cuando fue abolida la incineración de basura, para convertirse en el auténtico monumento del "gasto al pedo"), bajíos del cementerio de Flores, la estación de Transferencia Illia y otros lares, que invitan a pensar en el gavetero con los Winchester de los trenes de Jim West. Un verdadero tren fantasma al aire libre.

Ya promediando el recorrido somos sorprendidos por un inmenso cementerio de autos, que se apreta contra la "villa boliviana" (villa n°20) del cañadón del tren de lugano; lo curioso es que este chatarreral, criadero de ratas, tifus, tétanos y liendres humanas, al aire libre , ocupa los terrenos de lo que en el mapa aparece como Campo Municipal de Golf. Se trata del aporte Ibarriano a la geografía sureña.- A nuestra derecha desfilan dos espinas dorsales de la corrupción íntegra y homogenea de nuestra hermosa ciudad, que han desafiado al tiempo y a las ideologías: se trata de la Dirección General de Tránsito (de arquitectura cacchiatoriana clásica)donde todos jugamos a la ronda de la corrupción, desde el cafetero hasta los audaces que no distinguen el freno de la palanca de giro y se llevan el registro (bah, la licencia para matar) y la nunca bien ponderada SACTA (Sociedad Anónima de Control del Tránsito Automotor)- arquitectura rapidista-simplista menemista-, engrasado mecansimo de recaudación grossiano al que todos se han aggiornado (o prendido) y que ya nadie intenta denunciar... franqueados por el Parque Sur de un lado (que confirma que el sur no existe) :una sucesión de esteros y bañados franqueados por algo de verde, un par de bancos de hormigón y atravesado por el simpático sumidero conocido como arroyo Cildañes y los despojos herrumbrados del Disneyworld sw Sudamérica, más conocido como Parque de la Ciudad
cuyos juegos electromecánicos (dado su estado de manutención) no tienen nada que envidiarle a la emoción de pasear con un coche bomba lleno de Mujhaidines en Bagdad...

Adentrándonos en la barriada de Soldati, encontramos en el Barrio Illia (o los "cubitos de colores") rezagos del período Isabelino clásico (1974-1975), cuyo fin y moradores originales corrieron suertes paralelas a las de otros complejos de aquella época (Barrio Ejército de los Andes, por ejemplo; más conocido por Fuerte Apache) y el circuito se completa con una hermosa colección de talleres y fábricas que, atravesando arquitecturas decimonónicas, llegan a los días del Sultán Carlos Saúl, desertificados tras décadas de vaciamientos, remates y maniobras financieras, que han sembrado la arteria (después de una fuerte trombosis económica), de bellos monumentos a aquella extraña práctica litúrgica conocida como producción; un hito de este corolario: la bella fábrica ex Suchard,
que culminó sus días fértiles en las manos de Kraft Foods, ¿se acuerdan?, sí, la misma que nos vendió el nuevo edificio de otra de sus víctimas: Terrabusi.

En este caso, expropiada por el G.C.B.A. fue abono del proyecto "Polo Ttecnológico del Sur" que prevee (invita) que varias fábricas con espacio de producción acotado, pymes o recuperadas, comiencen desde agosto a utilizar sus instalaciones, accediendo a espacios parcelados de la que fuese la más importante fábrica de chocolates de sudamérica, desde líneas crediticias. Junto al polo farmacéutico (donde el laboratorio multinacional Pfizer ya ha instalado su planta modelo, son la esperanza de una de las puntas del plan Buenos Aires al Sur, que pretende devolver el esplendor que ahce 20 a 40 años atrás supo tener en el parque industrial, devolviéndole a estos pagos además, su identidad cultural, social y deportiva: así sea

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La Reina del Plata vista por un pájaro(n)

Hace un tiempo tuve la oportunidad de viajar al sur en avión en un día maravilloso (lo que algunos llamaríamos "un día peronista")...