

El aquelarre urbano no es la sumatoria de sus sórdidos y deliciosos quilombos, tienen la virtud de generar esas dinámicas emergentes donde nada nos asombra, porque es la Reina del Plata la que se atreve a todo: tiró la chancleta hace rato y del viejo Buenos Aires ni mierda; nos volvimos todos un poco más tolerantes, mucho más desenfrenados, algo más desesperados y sin duda totalmente inmunizados a lo qui venga. La expresión boquiabierta se le estereotípó en la jeta a Pedro y Pablo... de puro gaga que están hoy. ¡PASEN Y LEAN! ¡PASEN Y LEAN!



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